Estaba preparado. El incidente ocurrido el domingo en el intermedio de la Super Bowl, que dejó a la vista de 89 millones de telespectadores un pecho de Janet Jackson, después de que Justin Timberlake le arrancase parte del vestido en un paso de baile (en la foto), tenía guión. Así lo reconoció ayer la hermana de Michael Jackson, puntualizando que fue algo que se les ocurrió en los últimos ensayos y de lo que no tenía conocimiento la cadena MTV, organizadora del espectáculo musical.

Con esas declaraciones ha dejado colgado a Timberlake, su compañero del show, que insistía en que todo había sido un accidente mientras interpretaban a dúo la canción Rock your body, algo que resultaba difícil de creer por el ímpetu que el cantante usó en la acción de arrancar parte del vestido a su antigua amiga, con la que tuvo un idilio efímero.

Janet Jackson ha asegurado que no pensaba que el número lograría provocar un escándalo entre los sectores conservadores del público estadounidense, que ha obligado a la MTV --que organizó el espectáculo artístico-- y a la CBS --que retransmitió el encuentro de la Super Bowl-- a disculparse. Janet, que pasará a la historia por su pecho con el pezón cubierto por una estrella de diamantes, también ha pedido perdón.