La actriz y cantante norteamericana Jennifer Lopez se quejó ayer de que nunca que viene a España tiene tiempo de hacer vida cultural. Llegó, promocionó su próxima película, Sucedió en Manhattan, y se marchó. Visita relámpago. Eso sí: sus 24 horas en Madrid le dieron para una jornada maratoniana en la que, incluso, sació la curiosidad al revelar que "pronto" se casará con su novio, Ben Affleck, "y discretamente, aunque al final todo el mundo acabará enterándose".

La madre de la artista, la portorriqueña Lupe, su fiel acompañante sí presumió en el programa La ventana, de la cadena SER, del paseo que se había dado esa mañana por el Museo del Prado. Pero el paseo cultural de Lopez queda pendiente para otro viaje. Igual para cuando vuelva con su novio. Ya se está barajando el 19 de septiembre, fecha prevista para el estreno de Gigli, el filme que los unió.

Lopez, que fue pobre antes que icono, tiene fama de curranta. Ayer puso a prueba su leyenda sin perder el tipo: se entrevistó con cinco cadenas de televisión sin salir del hotel, habló para la SER, se dejó fotografiar un minuto sin moverse de un estrado, asistió a un pase de su próxima película y se fue.

PREESTRENO CON ADELANTO

El mismo jet que la trajo de París en la tarde del lunes se la llevó anoche rumbo a Londres tan pronto se apagaron las luces de la sala de los multicines Kinépolis de Pozuelo de Alarcón (en la periferia de Madrid), donde se celebró el preestreno. La película no se estrenará hasta el próximo 16 de abril, pero la artista tiene compromisos contratados en primavera, así que la compañía distribuidora aprovechó la gira que Lopez está haciendo estos días por Europa para robarle una visita de médico a España.