Pese a su imagen juvenil y vigorosa, John F. Kennedy (en la foto, con su esposa Jackie, en 1961) ingería abundantes medicinas para combatir el dolor y los estragos de sus numerosas enfermedades, según acaba de revelar el historiador Robert Dallek. El presidente demócrata llegó a tomar hasta ocho medicamentos diarios, desde antibióticos hasta antiespasmódicos pasando por drogas contra la ansiedad. En declaraciones a The New York Times, Dallek explica que esta tonelada de fármacos, con los que trataba de aliviar su intenso dolor, no le incapacitó para ejercer su cargo, ni siquiera en momentos de gran tensión como la crisis de los misiles con Cuba, en 1962, cuando EEUU y la Unión Soviética estuvieron al borde del enfrentamiento armado. El presidente se quejó en algún momento de estar atontado. Sin embargo, la transcripción de las grabaciones de sus conversaciones demuestra que estaba lúcido y al frente de la situación, dice el historiador. Kennedy, asesinado en Dallas el 22 de noviembre de 1963, sufría de terribles dolores de espalda por la fractura de tres vértebras que le provocó la osteoporosis. Además, padecía problemas digestivos, alergias y la enfermedad de Addison, que afecta a las glándulas suprarrenales. Este fin de semana, el coche en el que el presidente viajó su última noche fue adjudicado por 225.000 euros (37 millones de pesetas) en Nueva York.