¿Se imaginan al rey Juan Carlos visitando Cáceres en el tren chuchú que recorre la parte antigua? Pues así llegó a Campo Maior Jorge Sampaio, Presidente de Portugal: sentado en el vagón de un tren chuchú decorado con guirnaldas. Se le veía feliz tras el último incidente de sus vacaciones: no le dejaron entrar en una piscina del Algarve donde se bañaban las hijas del rey de Arabia Saudí. En Campo Maior no tuvo problemas: militares de gala, consejeros sudorosos, concejalas con pantalones pirata... Todos ovacionaron entusiasmados la llegada del trenecillo presidencial que pitaba desaforado.

Campo Maior amaneció el primer día de sus fiestas con 20 toneladas de papel alemán convertidas en flores esplendorosas que cubrían 84 calles del casco urbano. La villa era un frenesí de sirenas policiales, bandas de música, megafonía folclórica, puestos de petiscos , de bollos y de melones, decenas de autobuses y café... Sobre todo, mucho café.

EL INICIO DEL NEGOCIO Durante la guerra civil española, las familias campomaiorenses Nabeiros y Silveira decidieron crear un negocio que surtiera Badajoz de productos que allí no se encontraban. Compraron café, lo transformaron, crearon su propia red de contrabandistas para comercializarlo y nació así una industria poderosa y singular. Cinco miembros de las familias fundaron la industria donde está el origen de la actual pujanza de Campo Maior: cafés Camelo , que hoy cuenta con 104 empleados.

Con los años han ido surgiendo otras empresas de café. Cronológicamente, la siguiente fue Cubano (hoy con 20 empleados), después, Cubana (10 trabajadores), Delta (más de 1.000 operarios), Silveira (40), Camponesa (12) y la más reciente: Nabeiro´s Coffee (10 empleados). Excepto Cubana , las demás pertenecen a diferentes ramas de la familia Nabeiros. El café da trabajo directo a más de 1.200 personas (en Campo Maior hay 10.000 habitantes).

Además, cafés Delta , el gran coloso, es un holding campomaiorense que posee en la villa el supermercado Alentejo , la empresa Toldi Confex , que fabrica toldos, la industria Tecni Delta , que hace máquinas de café, la compañía comercializadora Manuel Rui y una filial cafetera española en Badajoz: Nova Delta España . El resultado es que, gracias al café, en Campo Maior no hay paro y las familias tienen un alto poder adquisitivo. El sueldo más bajo en la industria cafetera, el de las operarias de la limpieza, es de 500 euros.

En Campo Maior, casi todo depende del café: desde la política hasta el fútbol, pasando por esta emblemática fiesta de las flores, que se celebra hasta el próximo domingo cinco de septiembre. Es curioso establecer un paralelismo entre Casar de Cáceres y Campo Maior. En Casar, el producto rey es la leche y existe un poderoso clan de poder dentro del PSOE al que apodan los lecheros . En Campo Maior, el café da nombre al sector cafetero del Partido Socialista Portugués.

Su líder es Juan Manuel Nabeiros, hijo del patrón del grupo Delta y gerente del holding . Enfrentado al triunfante sector oficial del PSP, que lidera el alcalde Joao Burrica, Nabeiros se ha hecho con la comisión de fiestas, de la que es vicepresidente. Su empresa es la principal patrocinadora del evento. Según varios vecinos, que prefieren no dar su nombre, fuerza que esta preciosa orgía floral se celebre más de lo debido: antes, cada 10 años, ahora cada cuatro y a veces, como en 1998 con la Expo, cada dos.

Quien sí que da su nombre es el líder de la oposición (PSD) en Campo Maior, que, lógicamente, también pertenece a la familia Nabeiros y también tiene una industria cafetera competencia de Delta (Nabeiro´s Coffee ). Manuel Antonio Nabeiros acusa a su pariente y líder de los socialistas cafeteros de querer comprarlo todo: "Se hizo con el equipo de fútbol, lo subió a Primera y luego lo hundió. Hoy no se puede jugar al fútbol en el pueblo". Además, lanza contra su primo la peor de las denuncias: el españolismo: "Está dejando que la fiesta de las flores pierda sus raíces dejando que se instalen esos chiringuitos de dulces y chorizos que son una importación española".

Más allá de la polémica, los vecinos disfrutan con la fiesta. Durante ocho meses, Celia, Ivone, Dalia y la familia Lages han preparado flores y guirnaldas. El viernes a las 15.30 horas empezaron a colgarlas y este sábado, a las 10 de la mañana, prendían la última flor. Dejaron su calle, Travessa dos Combatentes da Grande Guerra, hecha un primor y se fueron de paseo a comparar su trabajo con el de las otras 83 rúas, a probar petiscos y doces de ovo , a recibir el tren chuchú del presidente... A tomar café.