Jose María Aznar afirmó ayer que "acepta" las críticas de los damnificados por la catástrofe del petrolero Prestige , pero arremetió contra el PSOE y el BNG por exigir responsabilidades políticas tanto al Gobierno central como al gallego por la gestión de la crisis. El jefe del Ejecutivo tachó a los socialistas y a los nacionalistas gallegos de "estrategas de café" que intentan obtener "ventajas políticas" de una desgracia que ha tenido graves consecuencias.

"Acepto las críticas de los perjudicados, no de los que quieren perjudicar", dijo el presidente en la rueda de prensa conjunta que ofreció con el presidente de Francia, Jacques Chirac, al término de la 15 cumbre hispano-francesa, que se celebró en Málaga.

De los perjudicados cuyas críticas dijo aceptar, Aznar citó a pescadores, mariscadores y todos aquéllos que han sufrido las consecuencias por el daño ecológico causado por el petrolero siniestrado frente a las costas gallegas. "Entiendo que quieren la mayor rapidez y celeridad en la toma de decisiones", dijo el presidente.

El presidente del Gobierno defendió, en este aspecto, la gestión del Ejecutivo con el argumento de que, "después del acontecimiento", el primer Consejo de Ministros aprobó unas medidas "muy claras" en favor de los damnificados. Aznar se refería evidentemente a las iniciativas que se adoptaron una vez el daño causado por el Prestige ya se había consumado.