El torero madrileño José Tomás, que resultó el sábado gravemente corneado en Aguascalientes (México), se mantenía al cierre de esta edición sedado, con ventilación y estable dentro de la gravedad en la UVI del hospital donde fue internado, informó ayer el equipo médico.

Aunque la circulación en sus piernas es normal tras lograr reconstruirle la vena y arteria femorales, sus condiciones son "muy delicadas" si bien ya no se teme por su vida. Dentro de su gravedad, el diestro ha experimentado en las últimas horas una "discreta" mejoría, aunque se le mantiene sedado porque "es muy importante por la ventilación asistida y para controlar que las constantes vitales se mantengan", dijo Jerónimo Aguayo, director del hospital.

Los doctores confían en que hoy se le pueda despertar, como confirmó a Efe Salvador Boix, apoderado de Jose Tomás. "Estamos más esperanzados aunque sigue la preocupación", añadió.

Tras ser cogido por el quinto toro, de la ganadería mexicana de Pepe Garfias, "perdió más de la mitad de la sangre que contiene un cuerpo humano", según Alfredo Ruiz Romero, el cirujano vascular que lo operó en la plaza, donde le metieron dos de las diez unidades de sangre que fueron necesarias para salvarlo.

"Me agarró de la mano en la enfermería y me dijo que le dolía mucho, mientras no paraba de sangrar a borbotones", dijo Fernando Ochoa, torero mexicano y gran amigo del madrileño, que le acompañó tras la espeluznante cogida. La actitud de José Tomás en la enfermería también fue destacada por los médicos, que confesaron que les ayudó "mucho" la madurez y tranquilidad que les transmitió antes de ser trasladado al hospital en el que fue intervenido de urgencia durante dos horas. Le acompañan su padre, un hermano, varios amigos,y cuadrilla.