Josef Fritzl, el monstruo de Amstetten, ha sido condenado a cadena perpetua en un centro psiquiátrico tras ser declarado "culpable" de todos los cargos en su contra, incluidos los de asesinato por omisión de socorro y esclavitud.

Antes, el acusado había afirmado ante el jurado: "Me arrepiento desde lo más profundo de mi corazón de lo que he hecho a mi familia. Desafortunadamente, no puedo deshacer lo que hice. Solo puedo intentar limitar el daño lo mejor que pueda".

Poco después, el jurado se ha retirado a deliberar después de escuchar las argumentaciones finales de la acusación y la defensa y de que el acusado volviera a pedir perdón por sus acciones.

Esclavización

La fiscala del caso, Christiane Burkheiser, había pedido antes de concluir la sesión a los miembros del jurado, cuatro mujeres y cuatro hombres, que se concentrasen en los cargos más graves contra Fritzl: el asesinato y la esclavización. El primero podría acarrearle la cadena perpetua y el segundo 20 años de cárcel.

En este sentido, la fiscala ha insistido en que Fritzl tuvo tiempo suficiente para atender al gemelo que falleció a los tres días de nacer, pero que no buscó ayuda, por lo que ha pedido la pena máxima por el delito de asesinato. Además, ha afirmado que en todo momento trató a su hija Elisabeth como una propiedad, violándola, encerrándola y abusando de ella, lo que supone esclavización.

Mientras, la abogada de Elisabeth, Eva Plaz, ha señalado al jurado que tiene la opción de creer a su cliente o a Josef Fritzl. Plaz ha subrayado además que el acusado "siempre supo de su culpabilidad" por la muerte del bebé.