La policía ha interrogado ya a una decena de testigos para tratar de identificar al autor de la puñalada que causó la muerte de un joven de 24 años la noche del viernes en Sevilla cuando participaba junto a otros 6.000 jóvenes en un macrobotellón para celebrar la primavera. La fiesta, menos multitudinaria que otras veces, se saldó con 85 intervenciones de las fuerzas de seguridad por comas etílicos y reyertas.

Fuentes policiales explicaron que han testificado amigos y familiares del fallecido, Francisco Javier G.V., que se encontraban con él en el momento en que se inició una pelea, al parecer porque comprobaron que alguien les rajó las ruedas de los coches. Alguno de ellos, pese a su estado de embriaguez en el momento de la discusión, habría facilitado datos acerca del agresor, aunque aún no se han producido detenciones.

El fallecido, natural de Ibiza pero vecino de Puebla de Cazalla, recibió una puñalada a la altura del corazón sobre las 21.30 horas, cuando la mayoría de los asistentes abandonaban la zona, cercana al recinto de la Expo. Los servicios sanitarios intentaron reanimarle tres veces, pero falleció camino del hospital.

CONVOCATORIA EN LA RED La multitudinaria fiesta se había convocado días antes a través de redes sociales, por lo que, según el alcalde hispalense, Alfredo Sánchez Monteseirín, "no hay un organizador al que poder perseguir" por el apuñalamiento. Aunque es el lugar tradicional donde se celebran estos botellones, la gran asistencia obligó al cabo de unas horas a cortar el tráfico en los accesos para impedir accidentes.

Por otra parte, tres inmigrantes fallecieron la madrugada de ayer en el incendio provocado por una vela en la chabola en la que dormían, en Melilla. Los tres hombres, de poco más de 30 años, eran originarios de Níger, Uganda y Zimbabue, y habían logrado entrar en la ciudad a finales del año pasado. Dos a nado y otro escondido en los bajos de un coche. Como otros muchos, se habían construido una chabola en el cerro de Palma Santa, junto al río de Oro.