Tras un fin de semana de batallas campales entre jóvenes españoles y latinoamericanos, la calma volvió ayer a Alcorcón, pero solo en apariencia. Jóvenes del barrio, a los que ahora se han unido colectivos neonazis vía internet, lanzaron distintas convocatorias para "expulsar" a los latinos que, según ellos, tienen amendrentado el barrio. Se trataría de consumar la "venganza" que la policía frustró el domingo cuando unos 400 alcorconeros intentaron dar caza a los suramericanos autores de las agresiones de los días anteriores, en las que un vecino ajeno a los hechos resultó herido grave.

La población es lo más parecido a un polvorín a punto de estallar aunque tengan razón las autoridades cuando hablan de la inexistencia de bandas latinas. Los medios de comunicación los han calificado de Latin kings y Ñetas, pero la delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre, negó rotundamente la presencia de estas organizaciones jerarquizadas. Estos grupos, legalizados o en vías de serlo en Catalunya, "están inactivos desde hace meses en Madrid", añadieron fuentes policiales, que atribuyeron los hechos a "pandilleros" escasamente organizados y en su inmensa mayoría menores de edad que se comunican por SMS y Messenger.

TODO TIPO DE ARMAS Que los implicados pertenezcan a un nuevo tipo de pandilla cibernética no los hace menos peligrosos. A los seis suramericanos detenidos el sábado se les incautó un bate de béisbol, un calcetín con una bola de billar en su interior, un ladrillo, un machete, una navaja y una pistola simulada. Ninguno de los españoles que se levantaron en armas al día siguiente como repulsa a la pelea del sábado fueron detenidos, aunque destrozaron motos y mobiliario urbano, además de alcanzar el brazo de un policía con una baldosa.

El ambiente que se vivía ayer en el entorno del Centro Joven, núcleo del conflicto, era tranquilo, por la presencia policial, pero la revancha se respiraba en el aire. Una treintena de jóvenes aseguraban que las peleas no pararán hasta expulsar a los latinoamericanos. De hecho, circulan mensajes de móvil e internet que convocan a otra jornada de lucha el sábado. Estos chavales afirmaban que no van a la "caza al inmigrante", sino que pretenden castigar solo a los que imponen su ley en la zona --les cobran, por ejemplo, por jugar en las canchas-- a quienes tienen "perfectamente identificados". Uno de ellos explicaba que en la ciudad hay tres bandas, una de ellas, el LMC, a la que él pertenece, formada por unas 450 personas. Este menor afirmó que intentarán convencer a los latinos "por las buenas" de que dejen de amedrentar el barrio. Pero si no lo consiguen: "Volverán las peleas y llevaremos navajas", dijo.

AUSENCIA DE RACISMO A pocos metros, otro joven decía que en Alcorcón no hay bandas. "Somos solo amigos del barrio que queremos expulsar a los latinos maleantes", señaló. "Las peleas van a seguir hasta que les expulsemos porque la policía no hace nada", añadía. Y otro vaticinaba que "Alcorcón se va a convertir en una batalla campal". Todos vestían capuchas y pantalones anchos, curiosamente con una estética similar a la de los latinoamericanos. Afirmaban que no son "racistas o nazis", como se ha publicado, y pusieron como ejemplo de su tolerancia que "los negros y los moros" les ayudaron en la reyerta.