Juan Luis Regidor Belloso, un jubilado de banca y radioaficionado placentino, ha cumplido este verano uno de los grandes sueños de su vida, poner cara y poder abrazar a algunas de las personas a las que ayudó desinteresadamente durante la Guerra de Bosnia.

Nos situamos en abril de 1992, Europa asistía al comienzo del conflicto en Bosnia, que tras cuatro años de cruenta contienda se saldó con más de cien mil muertos y casi dos millones de refugiados y desplazados. Durante el conflicto, Extremadura fue una de las regiones españolas que acogieron a los que huían de la guerra, de tal forma que cerca de un millar de personas recalaron en tierras extremeñas, de las que unas 250 fueron instaladas en los pabellones del Centro de Valcorchero de la capital del Jerte (Cáceres) bajo la tutela del Gobierno regional y de la ong Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL).

Por aquel entonces, Juan Luis Regidor y su mujer, María Dolores Marín, pertenecían a la asamblea local de Cruz Roja, organización a la que se solicitó ayuda psicológica para los refugiados, de tal forma que ambos compartieron muchas horas con los desplazados.

"Pero yo no me quedaba contento, porque aquella gente sufría de verdad la distancia de su casa y la incertidumbre de no tener noticias de sus familias. Algunos no sabían si quiera si sus familiares estaban vivos o muertos", ha destacado Regidor. Por este motivo, y utilizando sus conocimientos como radioaficionado, Juan Luis pasaba noches en vela intentando contactar con Sarajevo (Bosnia y Herzegovina) al objeto de poder recabar noticias de primera mano sobre el transcurso del conflicto.

A principios del 93 y vía Estambul (Turquía), Regidor consigue ponerse en contado con otros radioaficionados de Sarajevo y, por primera vez, recibe información directa de la guerra. "Aquello fue algo enorme para las personas que estaban en Plasencia, de las cuales, Sanela Krdzlija y Dino Hasambegoviz, ejercieron de portavoces del resto. Sobre todo Sanela, una ingeniera química de 25 años, que se volcó con la emisora, de tal forma que todas las tardes venía a casa y pasaba horas intentando buscar datos sobre las familias de los refugiados".

La emisora

En marzo de 93, Juan Luis pidió permiso para instalar su emisora en los pabellones de Valcorchero y a los pocos días tuvieron su primera gran alegría: pudieron contactar con una persona de Pale que tenía a su madre y hermano en Plasencia, consiguiendo que hablaran directamente. Durante aquellos días, la emisora funcionaba desde la ocho de la tarde a las cuatro de la madrugada, casi siempre hablando con familiares en Gorazde, si bien Regidor y Sanela ejercían como "filtros" ya que por cada noticia buena que llegaba había 50 malas.

"Padres e hijos separados por miles de kilómetros y en medio de una guerra podían hablar directamente y eso era algo maravilloso", recuerda Regidor. A finales de 1994 los desplazados "placentinos" fueron recolocados en varias poblaciones, de tal forma que Sanela -que para entonces ya había sacado el título de segunda operadora de radio- y su familia llegaron hasta Cañaveral. Hasta allí que se fue de nuevo Juan Luis con su emisora, instalando un puesto de mando, que permaneció hasta finales del 1995, fecha en la que la mayoría de los desplazados volvieron a su país.

Gorazde

A partir de entonces, Regidor pierde el contacto con su "hermanos" de Gorazde, algo que recupera en 2009 gracias a las redes sociales y que le lleva a prometer que en cuanto se jubilara, visitaría junto a su mujer aquella ciudad para reencontrarse con tantas y tantas personas a las ayudó de forma desinteresada.

Acaba de volver de ese viaje. Dice que ha sido la experiencia más bonita que ha tenido en su vida. Incluso ha sido recibido por el alcalde de Gorazde, a quien ha propuesto un hermanamiento con Plasencia. Las emociones de ese viaje y el reencuentro con su pasado, se las guarda para él. Por cierto, dice que volvería a hacerlo sin dudarlo.