El diestro extremeño Juan Mora dejó en la Feria de Fallas en Valencia algunos detalles de calidad con la capa, especialmente en el primero al que recibió a la verónica con los pies juntos y los brazos abiertos, como meciéndolo.

Mora vio su labor silenciada en sus dos toros en una tarde que vio la reaparición del matador francés Sebastiá Castella. La terna la completó Enrique Ponce.

Con el cuarto animal, el torero de Plasencia no tuvo opciones, se vio desarmado en dos ocasiones cuando intentaba torear al natural, con la muleta sostenida de un extremo y la mano muy baja.

La reaparición de Castella, que se fracturó la clavícula izquierda el pasado 12 de febrero en Medellín (Colombia), vino a endulzar una tarde cuajada de calamidades por culpa del horrible encierro de Las Ramblas, que fue de mal en peor.

Sin nada que perder, visto lo visto en los cinco toros anteriores, el francés echó el resto con el sexto, un toro colorado ojo de perdiz, al que ha cuajado una faena de gran mérito y sin altibajos.

Castella estuvo en su mejor versión con la capa, especialmente en el quite por chicuelinas, y uno de sus hombres de plata Javier Ambel le ayudó a mantener arriba el ánimo con dos grandes pares de banderillas, mejor adornados que rematados.

Pero lo mejor vino después, cuando tomó la muleta, se plantó en el centro del ruedo y citó de lejos para cambiar el viaje al toro e inaugurar una tanda de derechazos que concluyó sin moverse un ápice.

En los tendidos, la admiración hacia el matador se mezclaba con la desconfianza hacia el animal, que empezó a cabecear y a defenderse como habían hecho sus hermanos justo antes de rajarse, pero eso no pasó.

Al final, una oreja tras media estocada y descabello, y fuerte petición de la segunda. El empuje de este sexto toro fue la nota discordante en una corrida marcada por la falta de fuerza y la escasa presencia del ganado.

La presencia de Ponce no se puede decir que se redujese a detalles, porque lo intentó hasta la saciedad con la mano derecha. Al segundo de la tarde lo manejó con garbo y la mano baja, pero citando con el pico de la muleta y muy despegado. Tampoco tuvo opciones con el quinto.