Con un aspecto muy mejorado, mucho mejor que en su primera reaparición tras la traqueotomía, el Juan Pablo II volvió ayer a dirigirse a los fieles desde la habitación que ocupa en el Policlínico Gemelli de Roma. No habló, pero desde su sillón impartió la bendición dominical varias veces y con energía. Estaba relajado, incluso sonriente. Los fieles reunidos en la explanada del hospital agradecieron el detalle con alegría, según informó Efe. Juan Pablo II no leyó el ángelus en la plaza de San Pedro, sino que lo hizo en su nombre el sustituto de la secretaría de Estado, el arzobispo argentino Leonardo Sandri.

Antes de que apareciera tras la ventana, Juan Pablo II celebró misa. Después, las cámaras de la televisión vaticana mostraron al Papa siguiendo el ángelus en una pantalla instalada en su apartamento del Gemelli. Al contrario que en su primera reaparición, cuando se le vio con gestos de sufrimiento, ayer mostró síntomas de gran recuperación.

El arzobispo Sandri volvió a leer el ángelus en su nombre. En el texto, Juan Pablo II expresó su agradecimiento a todos los fieles "por las numerosas señales de afecto", y a los cardenales, obispos, sacerdotes, embajadores y delegaciones ecuménicas que habían ido hasta el Gemelli a desearle una rápida recuperación.

También agradeció la solidaridad mostrada por las otras religiones, en especial judíos y musulmanes, "alguno de los cuales han venido expresamente a rezar por mí al hospital y ello es una señal que conforta y por la que doy gracias a Dios".

ALEGRIA Cuando apareció tras los cristales del Gemelli, muchos presentes rompieron a llorar de emoción. Un grupo de polacos venidos desde EEUU expresaron su alegría por verle "tan recuperado", y como el resto se mostraron convencidos de que en poco tiempo volverá al Vaticano.

De momento, se desconoce cuándo será dado de alta. Todas las miradas están puestas en el nuevo boletín médico que hará público hoy el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls. Ante la eventualidad de que sea dado de alta antes de Semana Santa, Navarro Valls dijo los pasados días que "es posible", pero que no podía aventurar nada.