Juan Pablo II murió un 2 de abril hace cuatro años y, espontáneamente, los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, en el Vaticano, corearon una demanda. "Santo subito ", pedían. Legislación canónica en mano, era una petición fuera de lugar, pues se exigen cinco años de espera tras el deceso para proceder a la beatificación. Ni siquiera había pasado un mes cuando su sucesor, Benedicto XVI, firmó una dispensa y se puso en marcha el proceso, más o menos como el propio Juan Pablo II hizo antes con la madre Teresa de Calcuta. En el cuarto aniversario del fallecimiento del Papa polaco, los milagros se acumulan en la carpeta de su expediente.

Las últimas mediaciones divinas que se atribuyen a Karol Wojtyla han sucedido en puntos tan distantes de la Tierra como Roma y Cleveland (EEUU).

El cardenal de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, secretario personal de Juan Pablo II durante 39 años, contó el jueves que hace unos días un niño polaco paralizado por un tumor en los riñones fue llevado por sus padres ante la tumba del Papa, en la capital italiana, y allí, de imprevisto, se puso en pie y echó a andar.

ENFERMOS DE CANCER ¿Milagro? Dziwisz no llegó a utilizar ese término. El purpurado polaco se limitó a explicar que él mismo ha sido testigo directo de muchas de las "gracias" concedidas por intercesión del difunto Juan Pablo II, al que, al parecer, se le dan bien "especialmente los enfermos de cáncer". "Quiero caminar", dijo el niño nada más terminar la visita a la sepultura de Juan Pablo. Y el cardenal dice que fue dicho y hecho.

En Cleveland, lo acontecido --siempre, claro, según los promotores de la beatificación-- no fue menos extraordinario. Jory Aebly, de 26 años, sufrió una "herida letal" en la cabeza. Mal pronóstico, decían todos los médicos que le atendieron. Pero hete aquí que, según la cadena de televisión ABC, fue tener en sus manos un rosario bendecido tiempo atrás por Juan Pablo II y comenzar a sanar inexplicablemente. También en Estados Unidos se le atribuye al Pon- tífice polaco la sorprendente recuperación de una mujer de 58 años, Eva, a la que los médicos habían dado ya por muerta.

MONJA CON PARKINSON Con todo, el supuesto milagro que tiene que abrirle a Wojtyla la puerta de los altares es y seguirá siendo la feliz curación de una monja francesa el mismo día en que falleció el Papa. Aquejada de párkinson, la misma enfermedad que acompañó a Juan Pablo II hasta la tumba, la religiosa se repuso el 2 de abril del 2005.

Declaraciones como las del cardenal Dziwisz y revelaciones como el caso de Jory Aebly confirman que la beatificación de Juan Pablo II navega con fuerte viento en las velas. De hecho, nadie lo dudaba a estas alturas, y menos desde que Benedicto XVI, en una alocución desde un balcón de la plaza de San Pedro el 2 de abril del 2007, revelara que el examen de la documentación avanza "rápidamente".

SOFIA LOREN Esa documentación, por ejemplo, incluye una carta firmada por la actriz italiana Sofia Loren. No es beneficiaria, en su caso, de ningún milagro. Tan solo expresa su profunda admiración por Juan Pablo II y relata su visita a la cripta en la que yace el cuerpo sin vida del Pontífice. No hay milagro por medio, pero es Sofia Loren y es Italia. En ese sentido, se considera que suma y no resta.

La beatificación, según aseguran los expertos, se hará realidad en el 2010.