El agente de la policía autonómica catalana que el jueves a tiros a un joven esquizofrénico que trataba de agredirle con un pico ha quedado en libertad, aunque el juez le imputa homicidio y lesiones en un caso en el que el departamento de Interior ha apoyado al agente al estimar que actuó en "defensa propia".

El agente, con tres años de antigüedad en el cuerpo, declaró ayer durante unas tres horas ante el titular del juzgado de instrucción número 1 de Arenys de Mar (Barcelona), que le imputó homicidio y lesiones, si bien le ha dejado en libertad porque ni la fiscalía ni la acusación particular han pedido contra él ninguna medida cautelar.

El juez ya ordenó el jueves la confiscación del arma del agente, que tiene entre 25 y 30 años de edad y que precisamente ayer tenía previsto iniciar unas vacaciones de al menos una semana de duración.

Los hechos sucedieron hacia las 06.00 horas de la mañana del jueves, cuando el agente disparó al menos tres tiros al verse "acorralado" por Juan Antonio A.C., un hombre de 33 años que sufría esquizofrenia y que le amenazó con actitud violenta con un pico cuando estaban frente a su casa de Malgrat de Mar (Barcelona).

Como resultado de los disparos efectuados por el agente, el joven esquizofrénico, que había sido legionario, falleció, mientras que el padre de la víctima, Juan A.M., de 60 años, que estaba en la zona para intentar calmar a su hijo, resultó herido en el abdomen al recibir el impacto de una bala "de rebote", y permanece ingresado fuera de peligro en el Hospital de Calella, donde podría recibir el alta la próxima semana.