El juez Rafael Rosel archivó ayer el caso de las presuntas sedaciones irregulares en el hospital Severo Ochoa de Leganés al no existir pruebas de que la medicación administrada fuera la causa directa de las muertes. El magistrado asegura que hubo "malas prácticas médicas", pero admite que no puede demostrarse la relación causal entre la actuación de los galenos y el fallecimiento de unas 70 personas.

El exjefe de Urgencias, Luis Montes, tras expresar su satisfacción, declaró que el fallo se conoce 24 horas después de la salida de Lamela de Sanidad, "esto es, con premeditación y alevosia".

Las denuncias anónimas sobre estas muertes desataron hace más de dos años una auténtica caza de brujas del entonces consejero madrileño de Sanidad, Manuel Lamela, contra el personal del hospital, que se saldó con la destitución de 25 médicos y el despido de 75 enfermeras. Los represaliados y los partidos y organizaciones que les apoyaron aprovecharon ayer la noticia del sobreseimiento para pasar factura a la presidenta del Gobierno madrileño, Esperanza Aguirre, y exigirle la destitución de Lamela como consejero de Transportes.

El juez señala que "varios pacientes han muerto tras mala práctica médica a la hora de sedarles, si bien no se puede asegurar que el fallecimiento deviniera exclusivamente por los fármacos prescritos" porque pudieron morir "o por la sedación indebida o por su enfermedad inicial". En este sentido, centra su atención en cuatro casos en los que no estaba clara la existencia de una enfermedad terminal que justificara la administración de sedantes, con lo que debió "haberse intentado un tratamiento específico". También menciona 20 casos en los que "se sedó innecesariamente al paciente por estar en coma profundo".

Pese a todas las irregularidades, el juez admite que "no es posible afirmar o negar con certeza absoluta" que causaran las muertes, aunque esté claro que "hubo por parte de los médicos una confusión entre lo que son medidas paliativas y la aplicación de sedación terminal".

El PSOE reclamó a Aguirre que pida perdón a los médicos y mostró su extrañeza por conocerse el fallo tras el 27-M.