El polémico juez de Murcia Fernando Ferrín Calamita no se baja del burro. Ayer, tras declarar como imputado ante el Tribunal Superior de Justicia de Murcia (TSJ), negó que hubiera retrasado de forma maliciosa la adopción de una menor, solicitado por la compañera sentimental de la madre biológica de la pequeña, y aún no resuelto dos años después. "Siempre actué conforme a derecho y buscando el bien de la niña. Solo me preocupaba el ambiente en el que iba a criarse", dijo el juez, suspendido cautelarmente de sus funciones y de baja por depresión. "Doy las gracias a todos. Todo esto ha servido para que esté más tiempo con mi familia", ironizó Calamita, como dejando caer que su familia sí era una familia adecuada y normal.

En su declaración ante el juez instructor, Manuel Abadía, Ferrín Calamita se puso el traje de víctima y adujo que José Luis Mazón, el abogado de la pareja de lesbianas que forzaron su inhabilitación temporal, "sí que ha actuado de forma maliciosa". Mazón insistió en que el imputado retrasó el expediente de sus clientas debido a sus creencias religiosas: "Lo normal es que la adopción se conceda en dos meses. Cuando presentamos la querella, había pasado un año y medio, y Ferrín Calamita, movido por su fanatismo religioso y no por la ley, seguía buscando incluso la forma de arrebatar la menor a su propia madre biológica".

Tras la declaración como imputado del magistrado, el fiscal y el defensor podrían solicitar la práctica de nuevas diligencias, que pueden ser propuestas por el instructor. "Lo que yo espero es ir a juicio. Y si no se adopta esa medida, recurriré", adelantó Mazón. Calamita declaró después de que un psiquiatra informara a la Sala de que, pese a no haber superado el cuadro clínico por el que estaba de baja, estaba en condiciones hacerlo.