La jueza del Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid ha negado medidas de protección para dos menores marroquís con documentación original autentificada por su consulado que acreditasu fecha de nacimiento porque Fiscalía decretó hace meses, cuando los chicos carecían de 'papeles' y en base a unas pruebas médicasde determinación de la edad, que eran adultos. Se han quedado en la calle y ni el juzgado ni la Policía han informado al Fiscal de que existe documentación nueva que avalaría un cambio en su criterio.

Lo explica a Europa Press la presidenta de Fundación Raíces, Lourdes Reyzábal, para denunciar "lo injusto" de un sistema en que "la palabra del Fiscal" y unas pruebas médicas que tienen un margen de error superior a dos años y cuya validez ha sido cuestionada entre otros por el Defensor del Pueblo, se imponen "por encima del interés superior del menor" cuando se trata de niños extranjeros que están solos en España.

La historia de los dos menores, nacidos en Tánger, es similar aunque se ha desarrollado en tiempos distintos. El más joven de los dos tiene 16 años y llegó solo hasta Barcelona hace cuatro meses. La policía le encontró en la calle y le puso a disposición de la Fiscalía, que tras someterle a pruebas médicas de determinación de la edad, decretó que era un adulto, así que no obtuvo tutela de la comunidad autónoma.

DURMIENDO EN LA CALLE

Se trasladó a Madrid buscando más suerte, como explica Reyzábal. De nuevo, la policía lo encontró durmiendo en la calle y por su apariencia física, ya que no portaba ninguna documentación, asumió que era menor de edad y lo trasladó al centro de menores de Hortaleza. Desde allí se dio aviso al fiscal que de nuevo, ordenó pruebas médicas, esta vez en el Gregorio Marañón, y concluyó que tenía más de 18 años.

El chico no volvió al centro. Fue puesto a disposición de la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional, que lo reseñó como adulto y le abrió un procedimiento de expulsión que no ha llegado a ejecutarse. Se quedó en la calle con un registro administrativo que decía que era mayor de edad, estaba en situación irregular en España y debía abandonar el país o ser expulsado.

El otro adolescente, que ahora tiene 17 años, tuvo un recorrido similar pero sin pasar por Barcelona. Llegó a Madrid estando solo hace dos meses y tras pasar por el centro de menores de Hortaleza y por las pruebas médicas de determinación de la edad, se quedó igualmente en la calle con un decreto del fiscal que decía que era un adulto. Tampoco tenía en aquel momento documentación original de su país que probase lo contrario.

Sin embargo, ambos recurrieron a sus familias en Marruecos para recabar papeles que acreditasen su edad y ambos fueron acompañados por Fundación Raíces al Consulado de Marruecos en Madrid para validar esos papeles. El resultado, que los dos cuentan ahora con partidas de nacimiento originales, documentación de empadronamiento en el reino alauí con fotografía y las inscripciones consulares correspondientes de acuerdo a su fecha real de nacimiento, la que acredita que aún no han cumplido 18.

Contra la resolución de la jueza negando medidas cautelares cabe recurso y Fundación Raíces lo va a presentar. "En la Audiencia Provincial estamos ganando todos los casos, pero claro, ¿cuándo lo va a decir ese tribunal? ¿Dentro de dos años? ¿Cuando los chicos tengan ya 19?", plantea Reyzábal. No sería la primera vez. Un juzgado gaditano reconoció el pasado mes de mayo un chico marroquí al que España había expulsado en enero del 2014 tenía entonces 16 años.