El sistema de alerta rápida de la Unión Europea (RAPEX), un mecanismo creado hace ya 15 años para permitir a los gobiernos compartir información sobre productos no alimentarios peligrosos para los consumidores, registró el año pasado 2.201 notificaciones, lo que supone un ligero aumento respecto a las 2.044 de 2016. Juguetes, vehículos de motor y ropa y productos textiles copan la lista de los productos retirados del mercado.

Concretamente, el 29% de las notificaciones correspondieron el año pasado a la categoría de los juguetes (636 alertas), entre ellos el popular Fidger Spinner, el 20% fueron vehículos de motor como coches o motocicletas (436 alertas), el 12% textil y ropas (258 alertas), el 6% aparatos electrónicos (145 alertas) y el 5% artículos para el cuidado de bebés (109 alertas).

Según asegura el informe, las alertas relacionadas con los vehículos de motor, que afectan a un gran número de países, se han disparado en el último año y “la mayoría de esos vehículos tenían origen europeo”, de ahí el aumento registrado en las notificaciones con origen en Europa que sumaron el año pasado el 26% (413 notificaciones). Aún así, el grueso de los productos peligrosos identificados por las autoridades europeas siguen procediendo de China, el 53% o 1.155 notificaciones, aunque el dato muestra que ha habido una estabilización respecto a los últimos años.

En un 28% de los casos la retirada de los productos se debió a la posibilidad de producir lesiones, en un 22% a riesgo químico, en el 17% a riesgo de ahogamiento y el 10% a la posibilidad de recibir descargas eléctricas. Alemania, un año más, encabezó la lista de países que introdujeron más notificaciones en el sistema con 354 alertas (16%), seguida de España con 222 (10%), Francia con 191 (9%), Hungría (151), Polonia (122) y Holanda (119).

El desafío de las compras por internet

La Comisión Europea reconoce que el aumento de las compras por internet plantea un desafío importante. Los consumidores europeos compran directamente a plataformas de terceros países y el Ejecutivo comunitario ha solicitado la cooperación voluntaria de las mismas para evitar que productos peligrosos terminen colándose y comercializándose en Europa por esta vía sin cumplir las normas de seguridad.

El sistema de alerta rápida nació en 2003 para garantizar una retirada rápida de productos peligrosos en los 31 países que forman parte del mismo, los 28 de la UE más Islandia, Liechstenstein y Noruega que también participan en el mecanismo. Cada semana, se media, se registran medio centenar de alertas que se publican en una web disponible para autoridades europeas y consumidores.