EL DUEÑO de un bar de Berlín está acusado de homicidio involuntario por servir 45 chupitos de tequila a un chico de 16 años. El menor había aceptado la propuesta del propietario del local de competir con él para ver quién bebía más (aunque el camarero del local le engañó y solo bebió agua). El adolescente tras la ingesta entró en coma y murió un mes después. El fiscal pide ahora una pena de más de tres años de prisión.