La Audiencia Provincial de Girona juzga a partir de hoy a Antonio Alcaraz, el expolicía local de Girona acusado de matar a su cuñada y haber herido gravemente a su mujer en presencia de las dos hijas menores de la fallecida. El crimen tuvo lugar en Caldes de Malavella (Selva) en mayo del 2013 y la fiscal del caso,Sandra Marí Fagil, solicita que se le imponga una pena de 43 años de cárcel por los delitos de asesinato, intento de asesinato y lesiones psíquicas por el trauma que ha provocado a las dos niñas, que cuando ocurrieron los hechos tenían 6 10 años.

Según recoge el escrito de acusación del Ministerio Público, en el momento del crimen la relación entre Alcaraz y su mujer, Isabel A., que llevaban 28 años juntos y tienen dos hijos en común, “se había deteriordo progresivamente”, por lo que la mujer había comunicado a su marido que se quería separar de él.

VIGILANDO EL DOMICILIO

La fiscal considera que el acusado no aceptaba la ruptura y por ese motivo fue a buscar a su mujer, que se había refugiado en casa de su hermano y su cuñada, Lola P., en la urbanización Llac del Cigne de Caldes de Malavella. El día de los hechos, Alcaraz esperó a que las dos mujeres salieran del chalet para llevar a las niñas al colegio y entró en el domicilio aprovechando que habían abierto la puerta del párking.

El presunto homicida apuñaló varias veces a su cuñada en el cuello y posteriormentela la degolló, porque la consideraba culpabledel alejamiento de su esposa. El agresor también hirió gravemente a su esposa con un cuchillo con una hoja de 25 centímetros. El doble apuñalamiento fue presenciado por las dos menores a pesar de que, según relata la fiscal, la víctima mortal le rogó que no lo hiciera exclamando: “Antonio, por favor, que están las niñas delante”.

ATENDIÓ A SU MUJER

Tras acabar con la vida de su cuñada, a la que remató tras el primer ataque, y herir gravemente a su esposa, el acusado llevó a su mujer al hospital para que fuera atendida, lo que acabaría salvándole la vida, ydejó solas a las dos menores en la escena del crimen. Las dos niñas telefonearon entonces a su abuela materna. Tras los hechos, las dos menores se hallan bajo seguimiento y tratamiento psicológico.

El presunto agresor fue detenido el mismo día de los hechos y desde entonces se ecuentra en prisión preventiva. Alcaraz, de 55 años,ejerció durante dos décadas como policía local de Girona y dejó el cuerpo hace unos diez años a causa de una enfermedad coronaria.