Una imagen vale más que dos palabras y la de Kobe Bryant entrando el miércoles con una cohorte de abogados en el pequeño tribunal de Eagle (Colorado) (en la foto) fue mucho más explotada que la única frase que llegó a pronunciar en sus siete minutos de comparecencia ante el juez: "No, señor". No. La estrella de los Lakers, hasta ahora un joven modélico de 24 años, no se oponía a que la próxima vista preliminar en el juicio en el que está acusado de violar a una joven de 19 años el 30 de junio, se retrase hasta el 9 de octubre, aunque pueda suponer que se pierda los primeros partidos de la pretemporada que se celebrarán en Hawai.

Nada parece importante ya, ahora que Kobe sabe que se enfrenta a una fiscalía convencida de poder hacer que se le declare culpable y lograr una pena de cárcel de entre cuatro años y toda la vida. El baloncestista ha comprobado que, sin remedio, es el nuevo O. J. Simpson.