Un tribunal popular de la Audiencia de Tarragona juzgará, a partir del 23 de marzo, a un exmédico del Hospital Comarcal de Móra d´Ebre como presunto autor de la muerte de una paciente en estado terminal. La fiscalía le acusa de un delito de homicidio por suministrar a la enferma cloruro potásico por vía intravenosa a sabiendas de su efecto letal, y solicita una pena de 10 años de cárcel. Cuando tuvieron conocimiento de los hechos, los responsables del hospital despidieron al facultativo por "negligencia grave" y pusieron el presunto caso de eutanasia en manos de las autoridades judiciales.

Los hechos sucedieron en marzo del 2005, cuando ingresó en el hospital una mujer de 82 años aquejada de diversas afecciones que causaron un deterioro progresivo de su salud hasta ocasionarle un infarto masivo, un choque hipovolémico y una descompensación metabólica. Los facultativos que la atendieron comunicaron a sus familiares que estaba en estado terminal y acordaron suministrarle un tratamiento sedante para minimizar su sufrimiento. En ningún caso la sedación suponía dejar de proporcionarle el tratamiento terapéutico al que la habían sometido, se recoge en el acta que expone los hechos, sino apaciguar el dolor a la espera de la llegada de la muerte, un desenlace que se preveía "en unos minutos u horas".

Fue entonces cuando el acusado, Marcos A. H. G., que llevaba poco tiempo trabajando en el hospital, se dirigió a la habitación donde había sido internada y, aprovechando que estaba inconsciente, le inyectó 60 miligramos de cloruro potásico a sabiendas de que dicha sustancia tendría como efecto su muerte.