Hace años, Julio Iglesias lanzó un grito y una canción con los que le daba un repaso a su ex Isabel Preysler. Con Hey el cantante hizo un retrato tremendo de la madre de sus tres hijos mayores, aunque lógicamente Julio --todo un truhán, todo un señor-- jamás admitió que la melodía fuera autobiográfica. La estrofa de "hey, no vayas presumiendo por ahí..." era un dardo envenenado contra la imagen pública de Isabel Preysler.

Desde que se separaron, hace ya más de 25 años, jamás ha habido una pelea pública entre Julio e Isabel, que han sabido mantener las formas. En la intimidad, sin embargo, han librado una lucha sin cuartel. Preysler vivió durante años del llamado cheque Chábeli, ya que la pensión de manutención que el cantante pasaba para sus tres hijos daba para tanto que incluso sirvió para que Isabel enjuagara algunas deudas de su segundo marido, Carlos Falcó, marqués de Griñón.

Pero los problemas de Julio con su primera esposa nunca fueron de dinero. Primero fueron de protagonismo y, sobre todo, los derivados de la educación que Isabel daba a los hijos que tuvieron en común Chábeli, Julio José y Enrique. Julio Iglesias siempre ha pensado que su exesposa había influido en que sus hijos le vieran más como un cheque sin fondos que como un padre.

Toda esta cuestión ha quedado oculta hasta que los tres hijos de Julio Iglesias e Isabel Preysler se han convertido en adultos. Es ahora cuando el cantante se atreve a comparar sus dos paternidades, asegurando que gracias a Miranda ha podido sentir que Miguel, Rodrigo, Cristina y Victoria, sus cuatro hijos menores, le necesitan.