Diecisiete días después del devastador ciclón, la Junta militar birmana ha dado su brazo a torcer y aceptará la ayuda internacional. Han sido necesarias fuertes presiones de las Naciones Unidas, la Unión Europea y los países democráticos de todo el mundo para que los militares acepten que la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean) coordine la ayuda a los casi dos millones de ciudadanos que están sin casa. Así lo anunció ayer en Singapur el ministro de Exteriores, George Yeo. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tiene previsto desplazarse a Rangún para examinar el desastre que ha causado más de 100.000 muertos. La Cruz Roja enviará 5 aviones con 40 toneladas de material.