El proceso vaticano conocido como 'Vatileaks 2' sobre un ingente robo de documentos reservados, publicados por dos periodistas italianos, ha terminado este jueves con una condena a 10 meses de prisión para la principal imputada, 18 meses para un sacerdote español y la absolución para un colaborador del eclesiástico y los dos informadores implicados. El tribunal ha reconocido que no era competente para juzgar a dos periodistas de nacionalidad italiana, que no trabajan en el Vaticano. Los condenados deberán hacerse cargo de las costas del proceso y probablemente ninguno de ellos ingresará en prisión.

Francesca Immacolata Chaouqui, que pocas semanas atrás alumbró a un hijo, considerada la principal autora intelectual del robo, ha sido condenada a 10 meses de cárcel, con suspensión de la pena. El sacerdote español Lucio Vallejo Balda, secretario de la comisión que por orden del Papa estaba poniendo orden en las finanzas vaticanas, ha sido condenado a 18 meses, y su colaborador, Nicola Maio, absuelto. Después de unas cinco horas de deliberaciones, el tribunal se ha declarado jurídicamente incompetente para juzgar a los periodistas Emiliano Fittipaldi y Gianluigi Nuzzi, autores respectivamente de 'Avaricia' y 'Via Crucis', volúmenes escritos sobre la base de la documentación robada.

“Han sido absueltos los dos libros, lo que no era obvio; estoy satisfecho, porque no esperaba esta sentencia”, ha comentado Fittipaldi. “La sentencia refleja los cambios, incluso en la jurisprudencia, que están teniendo lugar en el Vaticano y, como se sabe, los cambios son lentos”, ha añadido Nuzzi, reconociendo que la ley por la que han sido acusados y procesados y que “reconoce la independencia de los periodistas” fue promulgada por el papa Francisco.

DECLARACIONES ESPONTÁNEAS

Antes de retirarse para deliberar, el tribunal ha dado la posibilidad a los imputados de poder realizar declaraciones espontáneas, de lo que se ha valido solo Chaouqui, que se ha disculpado frente al tribunal. “Algunas declaraciones mías no reflejan mi opinión, tendría que haber guardado silencio, pero soy una persona con muchos defectos”, ha dicho, subrayando que si ha hablado con la prensa ha sido “para salvaguardar mi imagen” de la que “depende mi trabajo”.

Cuando empezó el proceso en noviembre del 2015, la exempleada de la comisión económica declaró que estaba embarazada y tras haber alumbrado se ha presentado a la vista oral en el Vaticano con el bebé. “Tengo que amamantarle”, dijo. “Si el tribunal me condena y pidiese a Italia la aplicación de la sentencia, yo y mi hijo transcurriríamos en prisión los primeros años de su vida”, añadió.

ORGANIZACIÓN FINANCIERA

El proceso conocido como 'Vatileaks 2' ha girado en torno a la fuga de documentos sobre la situación y organización financiera de la Santa Sede y del Estado-Ciudad del Vaticano, que había recopilado una comisión (COSEA) instituida por el papa Francisco poco después de ser elegido (2013). Según la acusación, dicha documentación fue fotocopiada por monseñor Balda, secretario de COSEA, y Chaouqui, con la colaboración del empleado Maio, y sucesivamente pasada a los periodistas Fittipaldi y Nuzzi.

Los fiscales Gian Piero Milano y Roberto Zannotti habían solicitado condenas para cuatro imputados y la absolución de Fittipaldi por falta de pruebas. En la arenga final, Milano había dibujado el marco criminal dentro del que actuó el trío formado por Chaouqui, Balda y Maio, intentando demostrar cómo fue la mujer la que presionó al sacerdote para fotocopiar los documentos reservados y “construir un archivo paralelo”.