Ni abusó sexualmente de Sonia Carabantes ni la asesinó. Tony Alexander King declaró ayer que es víctima de un grupo comandado por Dolores Vázquez, del que formaría parte su amigo Robert Graham, y que sería el presunto responsable de la desaparición de varias chicas en la Costa del Sol, como Sonia, Rocío Wanninkhof o la joven de Motril María Teresa Fernández.

Al grito de "soy inocente" y "yo no he hecho nada", que le valió una amonestación del juez, el británico se enfrentó a la primera sesión del juicio por asesinato de Sonia Carabantes, una joven de Coín (Málaga) de 17 años desaparecida en el 2003.

El fiscal solicita 34 años de cárcel por los delitos de asesinato, detención ilegal y agresión sexual y una indemnización de 300.000 euros para la familia, mientras que la acusación particular pide 44 años y 600.000 euros, añadiendo además el delito de lesiones.

SE RETRACTO King se retractó de su confesión inicial del crimen --"fui torturado y maltratado por la policía", se justificó ayer-- y aseguró que sólo recuerda unos pocos detalles de la noche del asesinato, porque estaba bajo la influencia de una decena de copas y de pastillas.

Visiblemente exaltado, King contó que el día de la desaparición sufrió un accidente cuando salía de Coín. Algo golpeó "fuertemente" su coche al dar marcha atrás. Cuando se apeó, comprobó que tenía la parte trasera del vehículo abollada y que el cuerpo de Sonia estaba en el suelo, semioculto bajo una camioneta aparcada justo detrás y en medio de un charco de sangre.

King afirmó que levantó a la joven y la colocó sobre el capó de la camioneta. Entonces recibió un fuerte golpe en la nuca y fue introducido en los asientos traseros de su vehículo, donde ya estaba Sonia. Ahí notó la mano de ésta, ensangrentada, tocando la suya, lo que explicaría que fuesen encontrados restos de su ADN en las uñas de la joven.

Lo siguiente que recuerda es que apareció en mitad del campo, junto a la roca de gran tamaño donde estaba el cuerpo de Sonia y se marchó a su casa, tirando los pantalones de Sonia por el camino. Su objetivo es que alguien pudiera alertar a la policía y localizar el cadáver. "Soy padre", advirtió a la sala.

Con la ayuda de un traductor aseguró que "cualquier idiota se daría cuenta" de que hay coincidencias entre la muerte de las chicas en la Costa del Sol. "Soy un hombre sincero y necesito decir que hay conexión entre lo de Rocío, Sonia y la chica de Motril", indicó. Así, atribuyó los crímenes a un grupo "dirigido por la puta de Loli Vázquez, que lo paga todo, y en el que está Robert Graham, un profesional del hipnotismo". King dijo que la noche de la desaparición distinguió a una persona cerca de su coche: "Era española, aunque no recuerdo su cara", declaró.

Además de King, ayer declaró María Luisa Gallego, su expareja. Explicó que King llegó sobre las 8.30 horas de la mañana completamente "destrozado, ensangrentado y con una herida en la mano". Ella no vio que tuviera ninguna herida por golpes en la cabeza y sí recuerda que le dijo: "Lo siento, lo siento, yo malo".