Es su primer libro y se titula Grupo de Cáceres. Fusilados en Medellín . El extremeño Iván García Suances ha escrito la historia de 33 hombres --en su mayoría de la localidad de Villanueva de la Serena-- fusilados, y de hasta 57 que fueron detenidos por el capitán de la Guardia Civil durante el alzamiento nacional, entre ellos su abuelo. El lugar, una zona de trincheras perdida en las cercanías de Medellín.

--Su primer libro...

--No lo tenía planeado así; pero creo que al menos me ha salido coherente y la historia bastante bien contada, partiendo de la base que no había escrito antes nada, al menos tan largo. Me sirve de experiencia porque dicen que lo difícil es hacer el primero.

--¿Cómo lo había planteado, entonces?

--Siempre me ha gustado escribir, pero no algo que me afectara familiarmente. En cierta forma hablas de gente de aquí y puede que alguien se sienta aludido aunque nunca ha sido mi intención. Sólo he querido contar la historia que indirectamente me toca. Mi padre no conoció a mi abuelo y mucho menos yo.

--¿Es difícil trabajar con una implicación así?

--Te tienes que abstraer un poco. Pienso que fue gente que sobraba, simplemente. No veo que la Guerra Civil fuera algo político, al menos no en los pueblos. A nivel nacional sí había dos bandos enfrentados pero en los pueblos había otros aspectos que se llevaron gente por delante, de ambos bandos, que no tenían nada que ver. Influyó mucho la envidia y rencillas personales.

--¿Oportuno u oportunista?

--Creo que es oportuno. El libro está firmado en septiembre del 2007 pero por diversas circunstancias no puso salir entonces. No tiene nada que ver con lo de Garzón; la memoria histórica está ahí desde hace varios años. No tiene mucho que ver porque ni siquiera fue gente que combatió, fue más bien un asesinato y tuvimos la mala suerte que estaba aquí el capitán de la Guardia Civil.

-Ha dicho que no quiere ser una llaga en la herida

--No, ni mucho menos. La gente que los rojos mataron están encontrados y si no, también pueden encontrarse, pero hay muchos de los que perdieron la guerra que no lo están. Simplemente pedimos justicia y que se les entierre como a todo cristiano, que también lo eran.

-¿Qué ha sido lo más duro de la realidad que ha encontrado?

--La historia en sí misma porque es muy dramática, muy trágica. Los podían haber matado en el mismo momento pero les dan un tinte de legalidad que incluso la propia ley del franquismo sobrese el caso porque consideraron que no había pruebas para acusarlos, cuando ya llevan asesinados 5 años. Es muy duro.