Nacido en un pequeño pueblo de la costa de Barcelona, hace 47 años. Desde siempre tuvo vocación y alternaba el baloncesto con el teatro aficionado. Llegó a Madrid como director comercial de una empresa, pero lo dejó todo por el teatro.

¿Que le ha parecido la experiencia en un escenario al aire libre y donde el público, debido a la disposición del teatro está más cercano a los actores?

--Yo ya conocía Mérida y el teatro, era admirador de todos estos restos de una civilización como fue la romana, pero nunca había actuado en él. Ha sido algo mágico, y más aún la noche del estreno. Fue un éxito, además de la ilusión de actuar sobre el escenario, ha sido con un texto importante, con una compañía espléndida, unos compañeros estupendos y con una respuesta del público realmente eufórica.

¿Se esperaba esa respuesta del público?

--Tanto no, me sorprendió el entusiasmo de la gente. Abrimos la cuarta pared, esa pared invisible que es siempre muy complicado, peligroso, se puede encontrar uno con un chasco, sin embargo aquí la gente se volcó. Ha sido una trama muy bien urdida por Juan Margallo.

La paz es un tema muy actual...

--La paz es algo casi utópico, vemos que el mundo sigue en un frente o en otro y no hay manera de que se estabilice. Nosotros que vivimos en el primer mundo, que comemos todos los días y tenemos cincuenta mil caprichos, ves puntos del planeta realmente escalofriantes. Los poderes económicos y políticos son realmente los culpables, y no la gente de a pie. Los que hacen los tanques, fabrican aviones... Son tal cantidad de intereses...

¿Participó con el colectivo de actores en las manifestaciones contra la guerra de Irak?

--No sólo fue el colectivo de actores, fue el 99% de las personas de este pais. Los actores lo que hicieron fue una avanzada, es una gente progresista. Yo lo único que hice fue salir a saludar con mi compañía durante la gira con la pegatina del No a la Guerra .

¿El estado natural del teatro es la crisis?

--Pienso que hay obras que van muy bien, otras que van mal y otras regular. Yo no puedo hablar de crisis, porque llevo muchos años viviendo del teatro y viéndolos llenos. De todas maneras considero que no es un espectáculo de mayorías, desde siempre se ha dicho que el teatro está en crisis. El teatro goza de una malísima salud de hierro, ya pueden pasar mil años que aún así seguirá la crisis, pero el teatro también seguirá en pie.

¿La cultura es de izquierdas o de derechas?

--Es complicado. La gente de la cultura suele ser de progreso, suele estar en la izquierda, gente que no está sólo por el libre mercado, sino gente que está en la sensibilidad y en los problemas del mundo y del ser humano.