El periodista Juan Carlos de Laiglesia, director de la revista Man, presentó ayer en Barcelona su segunda incursión literaria, Angeles de neón, fin de siglo en Madrid (1981-2001). Tras el éxito de su biografía de Alejandro Sanz (vendió 80.000 ejemplares, "más por él que por el autor", dijo), se muestra ahora más personal al convertirse en cronista de la movida madrileña, que vivió a fondo. "Creo que no es ético hablar de lo que no conoces", afirmó.

Rodeado de amigos como Mariscal, Ricardo Bofill (en la fotografía, con el autor), Quim Larrea y el director de la revista Primera Línea, Guillermo Hernáiz, que fue quien le animó a escribir el libro, De Laiglesia recordó aquellos años como "un movimiento convulso de libertades". "El tratamiento ha sido riguroso, aunque tuve algunos problemas de memoria y recurrí a los viejos papeles", recordó. Pero no ha caído en la nostalgia --"aún no tengo edad"--, amiguismos ni acritudes, aunque hay un punto de ironía.

Extenso y completo --"si me he pasado es en vivencias", opina--, el libro es, según el autor, "un pequeño tesoro con cosas ocultas". Entre ellas, un artículo de Pedro Almodóvar de 1981 sobre Madrid y entrevistas con personajes entonces en ascenso como Antonio Banderas y Jose María Aznar, "que aportan muchas claves". Y también un joven Jose Coronado definiendo ideológicamente su profesión de modelo, antes de ser galán.