La FAO, la organización de la ONU para la agricultura y la alimentación, ha hecho un llamamiento urgente a la comunidad internacional para lograr fondos que ayuden a mitigar la plaga de langosta que afecta a la países situados al sur del Sáhara, desde Senegal hasta Chad. Los insectos, que ya han devorado miles de hectáreas de pastos, amenazan con provocar una gran hambruna porque los principales cultivos de subsistencia, en plena fase de maduración, aún no han sido recogidos. En el Magreb, en cambio, lo peor parece haber pasado. El peligro va hacia el sur.

Como las paupérrimas economías locales apenas pueden hacer nada, la FAO necesita como mínimo 100 millones de dólares para personal, insecticidas, aspersores y otros equipos. La plaga no ha pillado por sorpresa a la FAO, que ya el año pasado avisó del elevado riesgo debido a la abundancia de lluvias, pero la propia organización lamenta con amargura que ello no ha sido suficiente para evitarla.

Si no es posible combatirla, lo único que se puede hacer es esperar: cuando se lo han comido todo, mueren por lógica inanición. "La prevención es vital. Una vez se han formado los enjambres, el control es casi imposible", explica el profesor Antonio Buj, especialista en plagas de langosta. Sin embargo, sólo el 3% de las tierras con peligro de insectación habían sido tratadas adecuadamente este año, según cálculos presentados esta semana durante una reunión ministerial en Dakar (Senegal).

CIENTOS DE MILLONES La langosta peregrina o del desierto, un saltamontes de unos 10 centímetros de longitud, es endémica de toda la región, pero sólo en años excepcionales alcanza la fase gregaria y forma los peligrosos enjambres, concentraciones de cientos de millones de ejemplares que avanzan con la ayuda del viento. El insecto, capaz de comer en un día tanto como pesa, apenas hace ascos a nada: frutos, semillas o tallos, y le es igual si se trata de sorgo, maíz, mijo o cualquier otro producto de la zona, sea cultivado o salvaje. En 1958, por ejemplo, Etiopía perdió por culpa de la langosta 167.000 toneladas de grano, suficiente para alimentar a un millón de personas durante un año.

La FAO ha decidido reabrir su Centro de Operaciones de Emergencia contra la Langosta, una unidad que no se activaba desde la última gran plaga en Africa, en 1989. Y es que la situación actual es incluso peor en algunas zonas de Mauritania, Malí, Níger y Senegal, donde no se sucedía nada igual desde hacía cuatro décadas. La FAO insistió el jueves en que el panorama puede aún empeorar puesto que millones de huevos dejados por las langostas en migración comienzan a eclosionar en esta época.