"Se nota que es una profesional de la comunicación, siempre supo mostrarse en público y controlar la puesta en escena. Pero le faltaba conocer el lenguaje aristocrático, que se distingue por hacer los movimientos con lentitud y mostrarse ante la gente afable pero con distanciamiento. Ese lenguaje lo ha aprendido en estos años. También le han enseñado a llevar el bolso. Ahora no se le ocurriría caer en el error que cometió al anunciar la boda, cuando interrumpió al príncipe agarrándolo del brazo. Le han enseñado a caminar llevando la monarquía encima".