TEtn la mítica novela de Milan Kundera La insoportable levedad del ser , uno de los personajes se pregunta si debe seguir o no con su novia, lamentándose a su vez de no tener dos vidas que le ayuden a salir de dudas. En una de las vidas mantendría la relación con su novia y en la otra, la abandonaría. Piensa que al vivir por partida doble, al probar una cosa y la contraria, podría saber siempre cuál es la opción más recomendable.

El gran acierto del autor checo está en sacar a flote una interrogante filosófica que atañe a todos los seres humanos y que podría resumirse en pocas palabras: la vida es leve porque no se repite, y por eso cualquier decisión que tomemos se reviste de trascendencia.

Muchas veces he pensado que lo ideal sería llevar una vida sencilla en la que, para empezar, las fronteras entre lo principal y lo secundario estuvieran bien delimitadas. Una vida sin grandes ambiciones ni grandes frustraciones, un remanso de paz donde no sea preciso tomar decisiones día a día y donde la felicidad consista simplemente en dejarse llevar. Una vida, en fin, atada a un férreo guión preestablecido. En cierto modo, todos somos así: personajes resignados en una novela escrita por un autor sin rostro, sin nombre ni apellidos, del que solo conocemos los trazos de su letra. Es solo que en ocasiones nos rebelamos contra el destino y, lejos de obviar las preguntas más inquietantes, hacemos de ellas nuestra razón de ser. Llegados a este punto de incertidumbre, habremos perdido toda esperanza de ser felices.

Aunque, bien mirado, ¿qué desafío tendría vivir si la felicidad nos estuviera asegurada de antemano?