El Gobierno dio ayer un impulso definitivo a la ley de prevención del tabaquismo. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, remitió a las comunidades mas para su debate el texto de la futura norma que incluye, por primera vez, un cuadro de duras sanciones que llegarán hasta el millón de euros para casos graves, como facilitar la adicción entre los menores de 18 años.

El anteproyecto considera infracciones muy graves la venta o entrega de tabaco a menores, permitirles que accedan a las máquinas expendedoras o cualquier publicidad directa o indirecta o patrocinio a través de otros productos dirigidos a ellos.

MULTA A EMPRESARIOS La normativa, que según Sanidad "sólo pretende garantizar el derecho de la población no fumadora y ayudar a abandonar el hábito", prevé sancionar con hasta 10.000 euros a los empresarios que permitan fumar en centros de trabajo situados en locales cerrados. La ley veta expresamente su consumo en estos lugares, así como en medios de transporte colectivos o en espacios privados en los que se ejerza alguna actividad comercial. "La sanción recaerá en los responsables de las empresas o entidades", precisaron fuentes de Sanidad.

La norma incluye entre los posibles sancionados con esta multa a quienes habiliten zonas de fumadores en lugares donde no está permitido, como los centros sanitarios, docentes y públicos, y a quienes vendan a los menores cigarrillos sueltos, cajetillas con menos de 20 cigarrillos o productos que imiten a los del tabaco e inciten a fumar.

Siempre pensando en evitar el acceso de los menores al tabaco, el departamento que dirige Elena Salgado ha restringido su venta a los estancos y a las máquinas expendedoras que cuenten con autorización. "Queda expresamente prohibida su venta en cualquier otro lugar o medio", precisa la ley.

Las limitaciones no se quedan ahí. También establece que las máquinas expendedoras deberán ubicarse en lugares que puedan ser controlados directamente por su dueño o trabajadores. Además, no podrán llevar ningún tipo de publicidad, como ocurre actualmente, y en la mitad de su superficie frontal deberá figurar "de forma clara y visible" una advertencia sanitaria sobre el riesgo del tabaco.

Para "garantizar el uso correcto de estas máquinas", como anunció Salgado hace dos semanas, la nueva norma prevé la incorporación de mecanismos que permitan su activación o puesta en marcha por el titular del establecimiento cada vez que sea solicitada su venta.

"El sistema no está totalmente perfilado. Podría ser mediante una ficha o tarjeta que debe facilitar el dueño o empleado para que pueda comprobar la edad del comprador. En cualquier caso, se vetará la compra directa con dinero y sin control", señalaron fuentes sanitarias.