La llamada Ley de Creación e Internet se debate esta semana en el Parlamento francés en un clima de malestar que ha generado división incluso en las filas del partido del Gobierno. En un intento de calmar los ánimos, la ministra de cultura, Christine Albanel, presentó ayer el texto poniendo el acento en la aplicación gradual de la medida que levanta más ampollas: la desconexión de los usuarios que descargan ilegalmente música y películas de la red.

Los internautas reincidentes recibirán varias advertencias antes de ser desenchufados. Si en el plazo de seis meses no escarmientan, podrían ver suspendido su abono durante un período que va de dos meses a un año y tendrán prohibido darse de alta en otros operadores. Las advertencias y sanciones serán decididas por una autoridad que se creará para proteger la difusión y los derechos de los artistas en la red. El texto prevé que la autoridad pueda reducir el tiempo de desconexión si el internauta asume sus faltas por escrito.

Esto se complementará con una operación publicitaria y una web para contrarrestar la campaña impulsada por los opositores a la ley, que encabeza Quadrature du Net.