Los dos insólitos ataques de oso a un mismo rebaño de ovejas protegido en un cercado registrados en el Vall d'Aran en menos de 15 días y la consiguiente protesta el viernes de los ganaderos del territorio contra la introducción de más plantígrados en la zona no frenarán la llegada de un nuevo ejemplar, prevista para este mes de mayo. El proyecto sigue adelante tal y como estaba previsto.

El nuevo oso llegará al Pirineo en los próximos días, procedente de Eslovenia. Será un macho joven, de entre 5 y 6 años, que buscará destronar al poderoso Pyros y acabar con los problemas de consanguinidad de la población de osos de la zona. El lugar exacto de su liberación se mantiene en secreto, aunque fuentes cercanas al proyecto han confirmado que será en la comarca del Pallars.

PUBLICIDAD

inRead invented by Teads

Para Guillermo Palomero, el presidente de la Fundación Oso Pardo, una de las entidades que forma parte del proyecto Piroslife, los últimos ataques son hechos aislados. "Estamos haciendo un esfuerzo importante para mejorar la cohabitación entre el ganado y los osos y por estos incidentes no paralizaremos el proyecto", apunta, a la vez que asegura que a los ganaderos del Pirineo se les ofrece la posibilidad de aplicar varias medidas de seguridad, sin coste alguno, para evitar asaltos de plantígrados. La agrupación de rebaños por la noche, vigilados por un pastor y perros de guardia, o los cercados electrificados son algunas de ellas.

Elementos con los que no contaba el recinto donde se produjeron los dos últimos ataques, según confirman diversas fuentes. "Si los ganaderos no quieren aplicar estas protecciones no es un problema nuestro. Pero entonces que no se quejen de los ataques del oso", afirma Palomero, ya que, indica, desde Piroslife se están haciendo esfuerzos para evitar situaciones como las vividas en el Vall d'Aran y conseguir una buena convivencia entre todas las partes implicadas.

COMPENSACIONES INSUFICIENTES

Pero los ganaderos dicen que hasta aquí han llegado. Están cansados, dicen, de los ataques y de que tras sufrir los daños la Administración se cierre en banda para no pagar las indemnizaciones establecidas. Aseguran que en la mayoría de los casos, al no poder demostrarse que el autor de los daños es un oso, no cobran las ayudas. Se trata, además, de compensaciones que consideran insuficientes al estimar que con lo que reciben no cubren las pérdidas. Por ello, se niegan a la reintroducción de más osos en el territorio.

El sindicato Unió de Pagesos señala que actualmente hay en el Pirineo 36 plantígrados censados, aunque podrían ser más. Y afirma que los habitantes del territorio tienen miedo. Según Joan Guitart, responsable del sindicato de las comarcas de montaña, "es complicado convivir con estos animales, ya que no sabes cómo reaccionarán". Sabe de personas que han dejado de ir a buscar setas por miedo a dar con un oso e incluso, explica, conoce a familias que se lo han encontrado cara a cara. Y alerta: "Algún día tendremos un susto".