Extremadura ha liberado este lunes a los tres primeros linces ibéricos nacidos en cautividad como parte del proyecto Life Lynx Connect, en el que también participan las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Andalucía. La liberación de este lunes ha sido la primera de esta campaña 2021 para la que se ha destinado un presupuesto de unos 18 millones de euros y en la que se prevé que se liberen cuatro ejemplares más.

Olga García, la consejera para la Transición Ecológica y Sostenibilidad, ha asistido a la suelta de una pareja de linces ibéricos, Rea y Ribadeu, hembra y macho de algo menos de un año y que fueron criados en el centro de Zarza de Granadilla (Cáceres). También ha estado presente durante el acto María Jesús Rodríguez, directora del Organismo Autónomo de Parques Nacionales.

Un poco antes, a primera hora de la mañana y sin la presencia de los medios de comunicación, ha sido puesto en libertad un tercer ejemplar que provenía del centro de reproducción de la Olivilla.

Nuevo hogar en el río Matachel

La coordinadora del programa de reintroducción del lince de la Junta de Extremadura, María Jesús Palacios, ha asegurado que este año todos los ejemplares que han participado en el programa de reinserción se soltarán en la zona de cortados del río Matachel, cerca de la sierra de Hornachos (Badajoz), donde habitan unos 60 ejemplares de lince ibéricos de los 153 que viven en libertad después de los distintos programa de reintroducción de la especie que se iniciaron en 2011 en España y Portugal.

Ese año ambos países decidieron poner en marcha programas para la cría en cautividad, después de confirmar que la especie se extinguía, ya que apenas quedaba un centenar en libertad.

La zona ha sido elegida tanto por la abundancia de pastos y árboles donde descansan estos animales como por la gran población de conejos que tiene, un alimento básico para el lince. Además, se trata de una región rocosa que las hembras pueden utilizar como parideras.

El apareamiento como objetivo

Los tres ejemplares recién llegados ahora tendrán que aclimatarse al lugar y se espera que en unos meses buscarán a una posible pareja de entre las 15 hembras reproductoras que hay ahora mismo en la cuenca del río Matachel para aparearse.

Los linces puestos en libertad este lunes no tienen ninguna relación de parentesco, ya que se escoge a los animales más diferentes genéticamente de cada centro, porque uno de los principales problemas de esta especie es la consanguinidad y las enfermedades derivadas de la misma.

Mientras tanto, los animales serán continuamente monitorizados por los técnicos del programa a través de una antena radio y una señal GPS que se les ha instalado. Detrás de toda esta operación, existe un equipo de trabajo que controlará la evolución de los animales puestos en libertad que se complementará con imágenes e información que faciliten los vecinos de la zona.