Desde el viernes pasado hasta ayer, dos turistas españoles estuvieron detenidos en la comisaría de Kotu, una localidad turística en la costa de Gambia, por realizar "proposiciones deshonestas" a dos taxistas. La acusación puede parecer anecdótica. No lo es en un país como este de Africa occidental, cuyo presidente, Yahya Jammeh, dio hace dos semanas un discurso en el que se comprometió a perseguir la homosexualidad de modo expeditivo: cortando la cabeza de quienes la practicaran.

Sin embargo, a media tarde de ayer, el número dos del Ministerio de Asuntos Exteriores gambiano llamó por teléfono al máximo responsable de la diplomacia española, el ministro Miguel Angel Moratinos, y le dijo que los arrestados, que parecen ser catalanes, ya habían sido puestos en libertad sin cargos.

ALUD DE CRITICAS "Los dos están bien", explicó a este diario horas antes de la liberación Nicolás El Busto, secretario de embajada con residencia en Banjul, la capital de Gambia, quien desde el viernes había estado visitando en comisaría a los detenidos, cuyos nombres y edades, según publican los diarios del país africano, son Pere J., de 56 años, y Juan M., de 54. De acuerdo con El Busto, ambos se encontraban "cada vez más tranquilos" conforme se iba clarificando su situación, que ha motivado multitud de críticas de organismos de gais y lesbianas, quienes incluso han pedido al Gobierno español la ruptura de las relaciones diplomáticas con Gambia.

Fuentes de Asuntos Exteriores, por su parte, explicaron que habían llevado a cabo gestiones de "alto nivel". Desde el departamento informaron que el Consejo de Seguridad de Gambia --formado por representantes de los ministerios de Interior, Justicia y por el jefe de la Policía de la república africana-- se reunió ayer y recibió una petición del Gobierno español para buscar "una resolución satisfactoria".

NOTICIAS CRUZADAS Tras buscarla y encontrarla, los dos ciudadanos españoles pudieron cruzar ayer por tierra la frontera entre el minúsculo país --en el que no hay embajada española-- y Senegal y pasaron la noche en la capital senegalesa, Dakar. En un principio, deberían haber pasado ayer a disposición judicial, pero a primera hora de la tarde el magistrado gambiano decidió posponer la vista hasta hoy. Al final, esta no se llegó a realizar.

Según lo publicado por la prensa de la república africana, la breve pesadilla de los ayer liberados comenzó supuestamente así: el pasado viernes, se acercaron a dos conductores de taxi de la turística localidad de Kotu y les hicieron proposiciones sexuales. Los taxistas les dijeron que sí y concertaron una cita en zona de Manjai, donde abundan los hoteles a pie de playa, pero en lugar de acudir al encuentro alertaron a las autoridades de un país cuyo jefe del Ejecutivo, tras asegurar que tenía la cura del sida, ha puesto a la homosexualidad en su punto de mira.

"Gambia es un país de creyentes y las prácticas pecaminosas e inmorales como la homosexualidad no se tolerarán", declaró Yahya Jammeh durante un mitin el pasado 15 de mayo. "Cortaremos la cabeza de los gais que sean cazados en Gambia. Este es un país musulmán y cristiano. Tanto el Corán como la Biblia condenan la homosexualidad".

De acuerdo con los expertos, declaraciones como esta --y más aún incidentes como el sufrido por los dos turistas españoles-- pueden poner en peligro la incipiente industria turística de Gambia, una antigua colonia británica en la que viven menos de dos millones de personas. Antes de su arrebato homófobo, Jammeh ya había causado cierto escándalo con su tratamiento para el sida y el asma, basado en una extraña mezcla de plantas medicinales, rezos coránicos y su propio carisma. "La cura del asma dura cinco minutos --ha dejado dicho--. El tratamiento del sida, en cambio, se prolonga durante un día".