La Policía Nacional liberó ayer a una veintena de personas, entre ellas dos bebés, que vivían confinadas en un restaurante de Madrid en condiciones infrahumanas y que eran obligadas a pagar 400 euros al mes por habitar en un espacio de un metro y medio, bajo amenazas como ser contagiadas de coronavirus.

La propietaria y el dueño del inmueble fueron detenidos y se les atribuyen delitos de favorecimiento de la inmigración irregular, coacciones y contra la salud pública, informó ayer la Policía. La mujer arrestada es boliviana de 59 años y ya tenía antecedentes por coacciones. El hombre es español de la misma edad y sin delitos previos.

separados por cartones / En el restaurante, ubicado en el barrio madrileño de San Blas, vivían en habitáculos de apenas un metro y medio, separados por plásticos o cartones, una veintena de personas, entre ellas dos bebés de menos de un año.

Pagaban 400 euros al mes y, cuando no podían, eran sometidas a coacciones, impidiéndoles el acceso a servicios básicos, obligándoles a dormir en espacios aún más reducidos e incluso les amenazaban con contagiarles el virus covid-19.

La investigación se inició cuando los agentes detectaron que en el interior de este local, que había cesado su actividad, residían personas.

En una inspección al local el pasado 21 de abril, los policías encontraron a ciudadanos de distintos países, como España, Bangladesh, Colombia, Filipinas, Honduras, Perú, Portugal y Venezuela. El más joven de los ocupantes, sin contar los dos bebés, tenía 23 años y el más mayor 59. Vivían en el interior en condiciones insalubres, hacinadas en espacios muy reducidos y no aptos para la habitabilidad, detalla la policía. Había colchones en la barra, en la cocina o en el patio trasero, separando cada «estancia» por cartones o plásticos.