El Papa ha presentado mensajes a la carta, con opciones para toda clase de católicos que ayer abarrotaron la madrileña plaza de Colón. "Juan Pablo II exigió evitar la guerra por innecesaria, ilegal, injusta e inmoral. El Gobierno, que fue coautor, ha pretendido camuflarla como simple ayuda humanitaria. Agravió al Papa y debió ser excomulgado", clamaban Nieves y Angeles, miembros de la Iglesia de Base de Madrid, que esgrimieron una pancarta pidiendo a Wojtyla que aparte a Aznar de la Iglesia.

"Los partidos políticos deben situarse al margen. Nadie puede discutir que el Papa ha dado la batalla por la paz. Ha exaltado la familia, los valores cristianos y tradicionales, con una religiosidad que conmueve y arrastra", sostenía Eduardo González, del Seminario Redentorista de San Bernardo y uno de los 1.500 sacerdotes que se encargaron de repartir la Eucaristía.

VOTO MUTANTE

"He venido por curiosidad y a regañadientes, por acompañar a mi mujer. Pero en el voto de los españoles no cuenta mucho la pertenencia a la Iglesia Católica", defendió José María Suárez, profesor de Historia en Salamanca. "Es conocido que el 40% de los que dieron la victoria al PSOE en 1982 se declaraban católicos practicantes. Vivimos una pluralidad muy positiva", recordó este asistente.

Para Juan Arribas, camarero madrileño, el Papa debería reconsiderar la doctrina sobre la moral sexual. "Jesucristo apenas habló de sexo. ¡Ojalá le hicieran más caso en política y economía!", pidió.

Las religiosas asistentes a la celebración de ayer se deshacían en elogios hacia Karol Wojtyla. "Venimos a oír su mensaje para trasmitírselo a los jóvenes. Es algo impresionante. Estamos, ayer en Cuatro Vientos y ahora, todo el tiempo con los pelos de punta", relató Inés, teresiana y profesora de un colegio en Extremadura. "Este Papa es un regalo de Dios para seguir en el camino de la fe, es como tener al dulce Cristo en la Tierra", opinaron María y Esperanza, hermanas mallorquinas de la Pureza de María.

INMIGRANTES ESCEPTICOS

Algunos inmigrantes hispanoamericanos que acudieron al acto no ven al Pontífice en clave política. "Yo no sé si está con los ricos, con los pobres o con todos. Ni si el Vaticano y todo esto es un fraude, pero al Papa no se le ve todos los días", declaró Humberto Galíndez, mexicano. Para aprovechar la ocasión llevó a toda la familia.