Lindsay Lohan ha llegado a un acuerdo con un juez de Los Ángeles para evitar un nuevo ingreso en prisión, pasará tres meses encerrada en un centro de rehabilitación como condena por incumplir su libertad condicional tras mentir a la policía en un accidente de tráfico que sufrió en junio del 2012. La actriz aceptó finalmente el acuerdo propuesto por la fiscalía y renunció a defenderse de los cargos para evitar una sentencia de 180 días de prisión que entrará en vigor si la intérprete no cumple con la pena a rajatabla.

Además de la rehabilitación, Lohan, de 26 años, tendrá que someterse a 18 meses de terapia psicológica y 30 días de servicios comunitarios. La actriz fue denunciada en noviembre por las autoridades en Los Ángeles por mentir, obstruir el trabajo policial y conducción temeraria en relación con un accidente sufrido en junio cuando iba en su Porsche a un rodaje. El deportivo de la actriz chocó contra un camión y ella negó que estuviera al volante, algo que quedó demostrado.

La protagonista de 'Freaky Friday' se encontraba en libertad condicional por un delito de hurto en una joyería en 2011 y al aceptar hoy el acuerdo con la fiscalía reconoció implícitamente que incumplió lo establecido para seguir en la calle. El alcohol y sus problemas al volante son un denominador común en las andanzas de la actriz, que en el 2005, cuando aún era menor de edad, ya asistía a reuniones de Alcohólicos Anónimos y admitía ser bulímica y consumir drogas.

En agosto del 2007 se declaró culpable de cinco cargos por conducir borracha y poseer drogas, y fue condenada a 4 días de cárcel, aunque su pena se redujo por un acuerdo judicial y Lohan no pasó ni una noche entre rejas. Desde aquel año, ingresó varias veces en centros de desintoxicación, fue acusada de dos atropellos y el robo de un abrigo de visón y en 2010 cumplió 13 días de cárcel de una condena de 90 días por reiteradas violaciones de su libertad condicional.