El presidente del Patronato del Parque Nacional de Monfragüe, Santiago Hernández, el miembro de la Cátedra de Ingeniería Ambiental Enresa de la Universidad de Extremadura, José María Corrales, y el experto en líquenes del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), Vicent Catalayud, han protagonizado un trabajo de investigación destinado al estudio de la diversidad de líquenes en el Parque Nacional de Monfragüe.
En este recinto natural se han desarrollado muchos análisis de botánica y de ornitología. "Se podría decir que este es el primer estudio temático exclusivo que se ha hecho en Extremadura", estimó el profesional de la Uex.
Los autores estimaron que se podían encontrar de 80 a 87 especies, pero constataron que existían 201 clases de líquenes que habitan desde rocas y troncos de árboles, hasta sustratos producidos por el hombre.
Entre las ramas de la investigación se encontraba la de valorar la importancia ecológica de esta especie. El liquen es un bioindicador de la contaminación ambiental y de la calidad del aire, además de ofrecer protección y regenerar los suelos.
El experto argumentó que los líquenes son especies "colonizadoras", es decir, permiten que en lugares inhóspitos se asienten especies que de lo contrario sería imposible, por todo ello son beneficiosos para los ecosistemas.
"La comunidad de los líquenes es un mundo que despierta muchas sensaciones", afirmó Corrales. La microfotografía es un reto para los visitantes del parque y profesionales. Ahora no buscan tanto el fotografiar una roca, sino los líquenes que las aguardan.
Los autores de la investigación están trabajando en la elaboración de una guía de líquenes. Se trata de un informe sencillo, aunque como expuso el experto de la Uex, es difícil omitir la terminología especializada, por lo que se recurrirá a los colores y la morfología que presentan estas especies.
El trabajo de investigación liderado por el CEAM, la Cátedra de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Extremadura y tramitado por la Fundación Universidad- Sociedad de la Universidad de Extremadura, ha sido patrocinado por la Fundación Iberdrola.
