Más de un tercio de la superficie forestal de Gran Canaria ha sido devastada por el fuego, que se ha cebado en el suroeste y el centro de la isla. Según la Fundación Foresta, unas 4.000 hectáreas de pinar han sido pasto de las llamas, en su opinión por la mala gestión de las tareas de limpieza y conservación de las zonas forestales.

Los pinares de Inagua, Ojeda y Pajonales, muy afectados por los incendios, son el hábitat del 95% de los ejemplares que se conservan del pinzón azul de Gran Canaria, un pequeño pájaro en peligro de extinción. La Sociedad Española de Ornitología también teme por la supervivencia de otras especies, como el pinzón vulgar, el pico picapinos y el herrerillo común.

En Tenerife, los bosques de Icod y municipios limítrofes, que forman por extensión la mayor masa forestal de Canarias, han resultado los más dañados por los fuegos. El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, subrayó ayer que la prioridad es evitar que se produzcan daños personales, pero no ocultó la situación tiene tintes de "catástrofe natural".

Prueba de la repercusión que está teniendo, las islas figuraron ayer también entre las principales noticias de los telediarios, periódicos y webs de países como el Reino Unido y Alemania, los dos principales mercados emisores de turistas hacia el archipiélago.