El llanto de una niña de seis días le salvó de morir por una explosión controlada por la policía, en el patio de una mezquita en Turquía, informó hoy la prensa.

La gente que iba a la oración el domingo por la mañana en la mezquita de la ciudad Mugla, vio una bolsa en el patio e informó a la policía de que ahí había una bomba, según la fuente. Los agentes de una unidad antiterrorista acudieron y decidieron hacer estallar la bolsa a distancia porque temían una explosión si la abrían.

En ese momento, la pequeña, que presuntamente había sido depositada en la bolsa por su madre pocos días después de nacer, echó a llorar, y cuando los policías la abrieron vieron al bebé, que fue llevado inmediatamente al hospital más próximo. Las enfermeras se encargaron de cuidar a la niña y buscar a la madre, que probablemente la dejó en el recinto de la mezquita para que alguien se hiciera cargo de ella.

Según dieron a conocer los médicos, el bebé que mide 46 centímetros y pesa 2,98 kilogramos, está bien de salud. El personal de la clínica le dio el nombre de "Razva", lo que significa "jardín paradisíaco" en árabe.