El Ayuntamiento de Lleida empezó a repartir ayer 1.500 toneladas de sal potasa por las calles puesto que se están formando peligrosas placas de hielo tras ocho días de niebla intensa y con temperaturas que no han superado los 2 grados positivos. Se quiere evitar así posibles accidentes originados por el hielo presente en los puentes, pasarelas y calles de pendiente pronunciada. En el conjunto de España, sólo las zonas del interior de Castilla y Aragón sufrieron heladas rigurosas.