El desbordamiento de tres ríos en Vizcaya --el Gobelas, el Cadagua y el Nervión-- y la arrolladora fuerza del agua en acequias semiescondidas provocaron ayer inundaciones y numerosos daños en media docena de municipios. La situación más angustiosa se vivió en Getxo, donde al menos medio centenar de personas fueron desalojadas de viviendas y locales en lanchas Zodiac que navegaban por las calles del municipio.

Empezó a llover el sábado y a ultima hora de la tarde de ayer aún continuaba cayendo una manta de agua incesante sobre Vizcaya y algunos puntos de Alava y Guipúzcoa. Sin embargo, los efectos en estas dos provincias fueron mucho menores y el desbordamiento del Zadorra a su paso por la Llanada alavesa solo anegó huertas y terrenos de cultivo.

RESCATADOS DE UNA BODA El problema se concentró en Erandio, Berango y Getxo, municipios próximos a Bilbao donde ya a última hora del sábado se vivieron situaciones excepcionales. Por ejemplo, los invitados a una boda en Getxo fueron literalmente rescatados antes de que el agua anegara el restaurante donde aún celebraban el convite. En el polideportivo de Fadura, el agua llegó a cubrir las porterías del campo de fútbol y en muchas calles tan solo se podían ver los techos de los automóviles.

Tampoco los vecinos de Barakaldo, Portugalete y Santurtzi tuvieron que lamentar más problemas que los económicos que acarreará reponerse del desastre. Cerca de 30.000 vecinos de la zona se quedaron sin luz y muchas carreteras quedaron afectadas por enormes balsas de agua y desprendimientos.

Igualmente, el metro que une Bilbao y Plentzia tuvo el servicio interrumpido varias horas y algunos tramos de la red ferroviaria quedaron paralizados.

Con la memoria puesta en las inundaciones que en el año 1983 asolaron Euskadi y provocaron cinco muertos, el Gobierno vasco puso en marcha los sistemas de emergencia. La alarma cedía a última hora de la tarde de ayer, pero las recomendaciones de prudencia se mantienen.

Ante esta situación, la Diputación de Vizcaya pidió ayer que se utilice el transporte público ante "la considerable" afección causada en las carreteras del territorio por las lluvias torrenciales y las inundaciones, que obligaron a los bomberos forales a atender más de 600 llamadas entre las cuatro de la madrugada y las cuatro de la tarde, recoge Efe.

En una nota, el ente foral aconsejó "encarecidamente" a los vizcaínos afectados que atiendan las llamadas de prevención realizadas por las autoridades de emergencia y que utilicen el transporte público para trasladarse, "habida cuenta del sensible deterioro de la red de carreteras".