Cuentan los relatos mitológicos que Zeus, el rey de los dioses del Olimpo, convirtió la lira del encantador Orfeo en una constelación para así rendirle un tributo. No es de extrañar, pues, que una vez al año esta pequeña pero brillante constelación se rodee de esplendor durante unos días para seguir conmemorando este honor. Y es que, si queremos explicar esta historia desde un punto de vista científico, sería más correcto decir que las Líridas, la lluvia de metéoros que se desprenden desde el cometa Thatcher, envuelve la parcela de universo en la que se sitúa este conjunto de estrellas. Este espectáculo astronómico, que protagoniza las noches del mes de abril, alcanzará su pico máximo de durante la noche del 21 al 22 de abril, cuando se se podrán ver entre 10 y 20 estrellas fugaces por hora.

Los astroaficionados sabrán que, aunque cada lluvia de estrellas es especial a su manera, las Liríadas no destacan precisamente como los farolillos del cielo invernal. Durante las Cuadrántidas de enero se pueden ver hasta 110 metéoros por hora. 120 con las Gemínidas de diciembre. Y 110 con las veraniegas Perseidas. Pero, dado que este año las Líridas caen en pleno confinamiento, tampoco hace falta buscar más excusas para disfrutar del pausado espectáculo celeste. Más en una noche en la que la Luna brillará a tan solo un 1% de su esplendor, por aquello de que en estos días la Tierra tapa completamente la luz que el Sol reflecte sobre el satélite.

Armarse de café y paciencia

Desde el Instituto de Astrofísica de Canarias, hogar del majestuoso Observatorio del Teide, recomiendan "armarse de paciencia" para disfrutar de estas Líridas. Vislumbrar una estrella fugaz siempre es una hazaña. Y ahora que andamos todos confinados y sin posibilidad de desplazarnos, todavía más. Pero, antes de dar el espectáculo por perdido, se aconseja buscar un punto alejado de las luces y prepararse para pasar la noche mirando el firmamento. El espectáculo, que abarca del 14 al 30 de abril, alcanzará su máximo esplendor a partir de las 23 y seguirá brillando hasta las seis de la mañana. Y luego, ya con un ritmo más moderado, continuarán hasta finales de mes. "Solo bastará con que fijemos nuestra vista en un punto cualquiera del firmamento y esperemos, pacientemente, durante 15 o 20 minutos", explican desde la Unidad de Cultura Científica de la institución. Así que café y paciencia, porque no queda otra.

Los amantes de las estrellas que no dispongan de unas vistas adecuadas para ver las Líridas podrán conectarse a las emisiones en directo que programan diferentes observatorios espaciales de todo el mundo. Este tipo de iniciativas despegaron para ofrecer unas vistas del cielo impolutas ante contratiempos como, por ejemplo, un cielo nublado o un panorama congestionado por la polución. Ahora, en plena pandemia, estos 'streamings' servirán para evadirse del encierro y disfrutar, un año más, de las espectaculares lluvias de estrellas.