La fuerza de las aguas volvió a castigar Filipinas. Un tifón que arrasó el sur del país asiático dejó más de 446 muertos y cerca del doble de de-saparecidos, según el último recuento de las autoridades. Se espera que el número avance en las próximas horas, a medida que los equipos de rescate alcancen las zonas más devastadas.

El tifón Washi, que trajo rachas de viento de 90 kilómetros por hora, causó inundaciones repentinas y corrimientos de tierra en Mindanao, en el sur del archipiélago filipino. Muchas víctimas dormían durante la noche del viernes cuando sus hogares fueron inundados en un instante por la tromba de agua proveniente de los desbordamientos de ríos y torrentes de las montañas. "Corrimos por nuestras vidas tras escuchar un fuerte silbido seguido de un gran trueno", relató Michael Mabaylan, carpintero que se salvó junto a su mujer y cinco hijos.

La mayoría de las víctimas se concentraron en Iligan, con 144 muertos, y en Cagayan de Oro, con 215. Muchos de ellos son niños, informó la Cruz Roja. El resto son cinco mineros muertos en Monkayo, una pequeña isla, y 21 ahogados en la isla de Negros.