Nació escritor y se convirtió en periodista. Liborio Barrera López (Almendralejo, 1963) presenta hoy un libro de relatos, Fuegos , con el que dará a conocer al público parte de su obra, fruto de la maduración y el esfuerzo constante, de horas de pensamiento y años de trabajo. Amigo del verbo preciso, la frase corta y de la palabra justa capaz de expresar un sentimiento, una idea, sólo se ha presentado a dos concursos, uno con 12 años, convocado por ABC , y otro, también de relatos, hace diez años. Al Planeta lo haría si, asegura con ironía no exenta de sorna, le asegurasen la victoria.

Redactor y coordinador de la sección de cultura de EL PERIODICO EXTREMADURA, en el que ejerce desde el 89, es licenciado en Periodismo, y un buen conocedor de todo lo que tenga que ver con la palabra cultura. Lector y escribiente, es un hombre atrapado por las letras.

¿Empieza su carrera literaria con relatos porque piensa, como algunos, que es un género fácil?

--No empiezo una carrera literaria, porque ya la tenía. Escribo desde hace años. El hecho de que Fuegos (Editora Regional) sea mi primera obra publicada no significa que sea la única escrita. Escribo desde la adolescencia, tengo relatos, novelas, ensayos, poesías, pero la decisión de publicar la he tomado tras un proceso de aprendizaje y tras comprobar que lo escrito era defendible, que tenía cierta calidad para el lector.

¿Qué expresa ´Fuegos´?

-- Son cinco relatos que hablan de la pasión y comportamientos extremos del hombre. Mi intención era sondear hasta dónde puede llegar el sentimiento e idea de posesión que el hombre tiene hacia la mujer.

Quizá por eso las mujeres mueren y aparecen como personajes principales pero sin imagen, sin una descripción visual, están ahí, pero no existen a través de la palabra.

--Sí, son mujeres que están al servicio del hombre, que las usan y abusan de ellas. Los hombres de ´Fuegos´ son poseedores. Con esta obra indago en el lado oscuro de las personas, de ahí el título, el fuego que todo lo consume y lo quema.

¿No le parece que el tono es muy pesimista?

--Sólo trato de reflejar una realidad. La ficción tiene de bueno eso, que te permite descargar tus pensamientos y ejecutarlos.

La pregunta tópica y típica ¿Sus maestros?

--Hay muchos favoritos dependiendo del momento. A los 20 años sentí una verdadera obsesión por los autores hispanoamericanos como Borges, García Márquez, Vargas Llosas, que sigue pareciéndome uno de los mejores, y Rulfo, entre otros. Más tarde me vi atrapado por los europeos como Joyce (ha leído El Ulises ), o Kafka, a los que siguieron los norteamericanos como Faulkner y Hemingway, mientras que entre los españoles están Clarín, Azorín, Cervantes, o Unamuno. Ahora, sin embargo, me decanto más por la denominada literatura del yo: memorias, biografías, autobiografías.

En enero sale la novela ´Tormentas´ (Libros del Pexe), deme un adelanto editorial

--Es una obra sobre el desamor y las consecuencias que deja una ruptura.

Y ahora ¿en qué trabaja?

--En otra novela, en la que narro dos historias de amor paralelas de dos parejas que confluyen en una ciudad europea a finales de los 30.

Los relatos se los publica una editorial pública ¿cree que aún es necesario tener un padrino para publicar?

--No comparto las quejas de los que lamentan que nadie publica sin influencias. No es cierto, porque nunca hubo tantas editoriales y tantas obras publicadas. Una obra con valor siempre acaba publicándose. Lo fundamental no es publicar, sino escribir.

¿Frases cortas, verbo preciso, textos muy descriptivos ¿No cree que este estilo está un poco desfasado?

--No, está muy vigente. En mi caso es muy efectivo.

¿Si tuviera que escribir un relato sobre el ´Prestige´ cómo lo argumentaría?

--No escribo sobre la actualidad. No escribo a partir del periodismo. Uno no elige los motivos, éstos se imponen por las ideas que van depositándose dentro del escritor.

¿Ha decidido, siguiendo los pasos de García Márquez o Delibes, empezar por el periodismo para acabar dedicándose a la literatura?

--No, el periodismo no tiene nada que ver con la literatura. El periodismo es mi trabajo, al margen del cual escribo.