--Consultas, guardias, investigaciones y le da por escribir ´Recetando palabras´ con anécdotas de médicos. ¿Se va a hacer mirar esa adicción al trabajo?

--Debería, pero es que creo que estoy vacunado para el trabajo.

--Es por romper el hielo ante todo un finalista del Premio Nacional de Novela Histórica.

--Eso fue como una tesis, casi. Pero ha habido más libros y viene otro en camino en el que salen Alfonso VIII y Plasencia.

--¿Dejó la poesía cuando se dio cuenta de que no podía escribir maravillas de la primavera y recetar tanto antiestamínico?

--Es que mi poesía era un poco más dura, era un poco negra, y con los antiestamínicos la gente mejora aunque lo ideal sería poder meter al alérgico en pequeñas burbujas.

--Es usted un escritor comprometido que ha escrito sobre la Guerra Civil, el 11-M o los nacionalismos con Euskadi de fondo.

--Quizá es que me gusta ir contra lo políticamente correcto y poner las cosas en claro.

--¿Qué opina del alto el fuego?

--Lo que no quiero es que me cambien la realidad. Es una buena oportunidad, pero se debe ser firme en la negociación porque no me pueden vender que Euskadi fue una nación. Y que reconozcan que los que se han equivocado son ellos.

--¿Colabora en casa o tiene alergia al polvo?

--Tengo alergia a los ácaros --ríe-- pero me gusta colaborar sobre todo con los hijos. La sociedad te educa machista, pero entiendo la relación hombre y mujer como iguales.

--¿A qué tiene alergia?

--A los que hablan sin tener el conocimiento completo sobre lo que hablan, tipo tertuliano. Quizá por mi afición a la Historia, pero también a la Medicina.

--¿Es alergólogo de día y escritor de noche?

--Puede porque yo escribo de diez a doce de la noche.

--¿Es primavera cuando lo dice el Corte Inglés o cuando empiezan los estornudos?

--Realmente después de lo que dice el Corte Inglés, pero también hay alérgicos de enero ¿eh?

--¿Qué recetaría al mundo?

--Sentido común, que no es el más común de los sentidos desgraciadamente.