Los que circulan por Londres en un 4x4, monovolúmenes y otros vehículos ávidos de carburante pueden pagarlo muy caro. Las autoridades de la capital británica estudian nuevas medidas para reducir los humos de la ciudad, una iniciativa en la que los todoterreno se han convertido en el enemigo ecológico número uno.

El consejo municipal de Richmond upon Thames, una localidad residencial de alto nivel económico, al suroeste de Londres, desveló ayer un plan para penalizar a los vehículos que contaminan más. El proyecto, que podría entrar en vigor en enero, establecerá el precio de la tasa de aparcamiento para residentes de acuerdo con la cantidad de gas que emita cada coche. Así, el Renault Espace, el Rover Ranger y ciertos modelos de Porsche, BMW o Jaguar, entre otros, pueden tener que pagar el triple de lo que pagan ahora. Los residentes que tengan dos coches muy contaminantes pasarían de los 300 euros anuales a los 1.019 euros. En cambio, los vehículos ecológicos, eléctricos o híbridos, quedarían exentos o solo deberían abonar la mitad del impuesto.

"Si todos los que compran un vehículo nuevo lo eligen de un nivel inferior al que tienen ahora, podríamos reducir las emisiones de gas en un 15%", señala el consejero municipal de Richmond, Serge Lourie.

"El cambio climático es el mayor desafío al que se enfrenta hoy el mundo y no podemos seguir escondiendo la cabeza bajo tierra, pretendiendo que nada pasa", afirma Lourie. Su propuesta, muy bien recibida por los ecologistas, fue en cambio criticada por las asociaciones de automovilistas. El Royal Automobile Club alega que "las familias numerosas necesitan coches grandes". La decisión final se tomará en el pleno del ayuntamiento, controlado por los liberales, el 6 de noviembre.

AMPLIAR EL PERIMETRO El esquema de que sea quien más contamine el que más pague, sería una primicia en el Reino Unido, donde otros muchos ayuntamientos la podrían secundar. En esa misma dirección de reducir las emisiones dióxido de carbono va también la intención de proceder a la ampliación del peaje urbano en Londres, que desde el año 2003 se aplica en un radio de 20 km2 alrededor de la City y Westminster.

El área se va duplicar a partir de febrero del próximo año, quedando dentro del perímetro algunos de los barrios más concurridos, como Knighsbrigde, Kensington y Chelsea. La tarifa diaria de 11,7 euros podría subir hasta los 37,3 euros para los 4x4, convertidos en un símbolo de estatus de los conductores de clases acomodadas.

El Gobierno introdujo por su parte un nuevo sistema para fijar el impuesto de circulación vinculado al consumo de carburante. Los llamados coches verdes están exentos de pago, pero la tasa alcanza los 313 euros para los vehículos más sedientos de combustible. El comité de medioambiente de la Cámara de los Comunes llegó a recomendar el pasado verano que el impuesto de circulación para los 4x4 fuera de 2.690 euros anuales.